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miércoles, 16 de noviembre de 2011

No entiendo

Castigamos a una niña que da vida,

por ser menor de edad,

Y premiamos al asesino que hizo,

Desaparecer a miles de chicos.

Qué pasa en la tierra,

que todo está al revés.

Qué pasa en mi tinta,

se tiñe de sangre, otra vez.


Gastón Pigliapochi
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Donde Caen Los Sueños by León Gieco on Grooveshark


sábado, 5 de noviembre de 2011

martes, 18 de octubre de 2011

Gotea

Texto viejo también:

Gotea mi memoria,

y se enreda mi presente.

Inexplicable sentimiento,

sangra el cielo herido.

Y la tierra sufre,

una nueva inundación.

Caía junio de papel,

mediaba otoño en su carrusel.

Dio vuelta a la llave y desapareció,

Dejó atrás al viento y a mi viejo amor.





Gastón Pigliapochi
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martes, 11 de octubre de 2011

CEMENTERIOS

(otro texto recuperado de los bit del disco rigido)

18-10-2007

Laberinto de silencio y dolor ajeno,

Callejuelas melancólicamente angostas.

Donde el sol calienta pastos y cemento,

aquí todos somos iguales, llegada la hora.

Morada de carnes que serán polvo,

fin de un camino, con entrada sin salida.

Mezcla de olor a vida y a muerte,

la verdad y la mentira bajo el mismo suelo.

Aquí señores, ya no hay sueños;

alquileres costosos por miedo al misterio,

para no sentir a los nuestros tan lejos.

A menudo el olvido ronda este cielo,

se pierden los nombres detrás del tiempo.

¿Cuál es el cementerio?

El de los muertos sin cuerpo,

O el de los cuerpos muertos.

Gastón Pigliapochi

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jueves, 6 de octubre de 2011

La manzana prohibida. Steve, adiós.


Hoy mientras leía algunas notas en facebook, muy lindas por cierto, nombraban a Steve Jobs y me puse a pensar.

Es verdad que no inventó la penincilina o la vacuna contra alguna enfermedad grave, pero el tipo este, con esa barba y esa cabeza, innovó y revolucionó la tecnología, se adelantó a su tiempo y se mantuvo siempre en movimiento, en adelantos que también (algunos dirán alimentó con herramientas al capitalismo y otros dirán que es un genio) sirven para el hombre, sea para trabajar o para disfrutar. Yo creo que fue un hombre importante para la historia y en esto es en lo que me puse a pensar: recordando tantas cosas que me decía mi abuelo de personajes de su época y que fueron importantes me imaginé a nosotros cuando tengamos sesenta u ochenta años (si llegamos) y nuestros nietos preguntando ¿quién fue Steve Jobs? podremos decir que fue el que hizo que con un dedo se pueda hacer cosas en una pantalla o que le dió un aire artístico a las computadoras, que supo moverse en el mundo y cuando vió que era necesario hacer más masivo sus inventos lo hizo. Y otra cosa que podremos decir y acá, creo, está lo más importante: haciendo honor a su apellido trabajó hasta cuando no pudo más, y siempre con su idea que dijo alguna vez en una conferencia "mirarse al espejo y preguntarse: ¿si hoy fuese el último día de tu vida, te gustaría hacer lo que estas por hacer? y si la respuesta negativa se repite por varios días, bueno algo hay que cambiar en el accionar" (palabras más, palabras menos), y otra cosa, esa mirada de la vida de uno como puntos, parecido a esos dibujos que son puntitos y se ve el resultado al unirlos, para él así era: puntos en el pasado y otros en el futuro, que de alguna manera se juntarían.

No sé si esta nota tiene algún sentido, si es buena o mala, si a alguien le molesta, pero la verdad es que siempre fuí un negador de Mac, pero no de su creador, siento que se perdió un tipo importante de la tecnología, tal vez la muerte tenga eso, uno la toca como tema cuando se lleva a alguien que revolucionó de alguna menera el mundo o nuestras vidas. Por otro lado tal vez esa Parca fue enviada por el mismo Dios y se lo llevó joven por haber pecado por haberse atrevido a morder una manzana y usarla como su logotipo que será innolvidable por los tiempos futuros.


Gastón Pigliapochi

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"La imagen fue tomada de la red, no encontré la fuente".

jueves, 29 de septiembre de 2011

He caminado

Es uno de los tantos textos que tengo en el tintero, bah en disco rígido.

02-05-2007

He caminado por rutas,
que jamás llevan de regreso.
Mirando a la noche eterna,
entre tantos viejos reflejos.

He cantado plegarias,
para el niño despierto.
Que se muere en una cama,
y no entiende nada de esto.

He doblado en la esquina,
donde todo se vende a dos pesos.
Estoy viajando a la nada,
y todavía quedan algunos besos.

Gastón Pigliapochi
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martes, 20 de septiembre de 2011

Acá está la lectura de mi cuento "Normal" por la voz silenciosa

La vez anterior les puse el audio de Perras Negras que también leyó este cuento mío, bueno ahora es el turno de La Voz Silenciosa, que aporta su lectura y su voz para La Esfera Cultura.



Muchísimas gracias.

martes, 13 de septiembre de 2011

jueves, 25 de agosto de 2011

Niebla




Era tarde, un manto húmedo hacía que todo se viera distorsionado como detrás de un enorme tul; las luces de la calle y los semáforos parecían hechas de esponjas de color. Mientras no podía dejar de mover las piernas por el frío intentaba mirar a la lejanía, trataba de atravesar con la vista la espesura de la niebla, para ver si venía el colectivo; pero no había señales alguna, no había vehículo alguno.


No se escuchaba ningún ruido, ni cercano ni lejano, nada, solo silencio, ese mismo que precede a la muerte; y en esto me puse a pensar. Cuántas ánimas serán alcanzadas esta noche por la afilada guadaña, producto del frío. Cuántas personas no se enterarán que se están muriendo. Sentí lástima por mi mismo, yo estaba exponiéndome a esa temperatura por gusto, por placer; mientras podría estar en un lugar cálido y acogedor, cuántas veces no apreciamos lo que tenemos, cuántas veces no nos damos cuenta de las cosas, cuán egoísta somos en nuestro vivir.


La quietud se rompió con la sirena de alarma de bomberos, que irónico suele ser el mundo, este, el que habitamos. Mi mente imaginó una casilla o un conventillo incendiándose producto de un artefacto para dar calor, y la gente dirá "mirá como viven" "mirá lo que hacen para calentarse, no se dan cuenta que es peligroso", claro que se dan cuenta, pero quién no haría lo mismo para tener algo de calor. Volví a medir la ironía de esto, mientras unos mueren de frió otros mueren calcinados, y el mundo seguirá andando como si nada. No señores (grito en mi interior), no es que el cielo este cada vez más lejano, es que el infierno esta cada vez más cerca.


Me toco con las manos frías la humedad de mi cara, la tristeza me aborda, repudio al amor, cómo tener amor en este lugar, cómo sentir amor, cómo creer en el amor, cuándo el Dios de ustedes se olvido de los otros, por qué tener ese pensamiento simple y mágico de por algo será o el señor lo quiso así, ¿por qué no pueden vivir todos bien, juntos y en paz?El chofer maneja apurado, todos están apurados, ¿adonde van?, yo no sé adonde voy, mi viaje es incierto; desde dos asientos mas adelante se asoma como escalando la pared plástica, una niñita rubia que me mira, le saco la lengua, ella responde a mi burla y se ríe, me sonrió y ella se vuelve a esconder detrás del muro, se asoma brincando y se agarra del respaldo y se agacha y se para, tiro por lo bajo toda mi teoría del amor y siento que si se puede creer en el amor, hay que creer en el amor, la sonrisa de la nena me alimentó el alma, me pesan los parpados y siento que me dormito. Despierto al día siguiente, me levanto, me lavo la cara salgo al trabajo, hay un sol que amenaza con fuerza y pesadez, efectivamente el mundo sigue andando y nada cambió y nada cambié.


Llega el colectivo y subo, mi gorra esta mojada, pero mi cabeza no. Un peso le digo al chofer, uno veinticinco me dice con un tono de pocos amigos, uno veinticinco entonces, perdón; me siento en el fondo, con todo mi negativismo a cuesta, con un odio hacia el ser que ya nunca mas será humano (me digo), miro alrededor: algunos pobres diablos recostados contra la ventanilla durmiendo, seguramente no saben así como no lo sé yo cuántos morirán hoy, cuántos entierros se celebrarán en la fresca ciudad.

martes, 16 de agosto de 2011

El Juego

texto escrito el 11-04-2007

Voy a empezar este texto citando lo que el diccionario de la real academia española define por juego.

Juego: Ejercicio recreativo sometido a reglas, y en el cual se gana o se pierde.

Jugamos desde que llegamos acá, primero con nuestros pies y manos; la finalidad es agarrarlos, como no controlamos sus movimientos nos parece grandioso alcanzarlos. Después comenzamos a hacer magia: hacemos desaparecer y aparecer a las personas con un abrir y cerrar de ojos y eso nos divierte mucho, comenzamos a balbucear para volver locos a los adultos que suponen palabras y suponen que no entendemos.

Yo de niño jugaba a muchas cosas: la mancha y gritaba “tocado”, a la escondida “piedra libre para todos los compa”, me gustaba más contar que salvar al resto, era mas pasivo; el poli ladrón en el patio del colegio siempre reprimidos por las autoridades superiores, por correr; al quemado como dolía la pulpo marrón; a las bolitas “como costaba esa lechera”; al fútbol en la calle con piedras como arco, nos puteaban los vecinos al mancharle las paredes, también cruzábamos hilos plástico de árbol a árbol y la cancha de fútbol pasaba a ser de tenis. Siempre me gustaron mas los juego colectivos que los individuales, me gustaba estar con mucha gente. Las escondidas comenzaron a ser de noche, se hacían más interesantes. Cuando comencé a tener mas contacto con la tecnología hacíamos campeonatos de fútbol en la Commodore 64. Ya entrado en la adolescencia nos juntábamos a jugar a las cartas, estanciero, teg y demás juegos de mesa y a tomar ron, ginebra o lo que hubiese.

Seguí creciendo y hoy comprendo muchas cosas, en los juegos importaba ganar (sobre todo) o perder, pero empatar no interesaba; ya que eso era como no haber jugado. Con el tiempo acuesta también me doy cuenta que con los juegos aprendimos muchas cosas: a respetar reglas, por ejemplo, no vale tocar la pelota con la mano o el pie, a compartir barro y lastimaduras, a ser compañeros, también aprendimos a respetar al otro que no quería jugar a una cosa y nos poníamos de acuerdo entre todos.

Los juegos con el tiempo fueron cambiando y muchas veces eran solitarios y mentales caminar por el cordón si caer en las fauces de los cocodrilos imaginarios, la cama como barco y pisar la baldosa roja que era la tabla que nos salvaría del naufragio, saltar de la tapia a un montículo de arena, y siempre algo se ganaba o se perdía, siempre poníamos algún premio o castigo como cuando jugamos a mirar a esa mina en el colectivo y el juego consiste en que nos mire para bajar la mirada y volver a repetir el paso anterior el premio es el enamoramiento, si mira lo ganamos si no lo hace en esos diez segundos establecidos perdemos.

Ya de adulto seguimos jugando, jugamos a ser médico a ser arquitecto como cuando de chico jugábamos a ser cantante, y nos ponemos como premio un titulo, una prosperidad; jugamos a ser un buen padre y el premio es tener hijos que nos amen y a su vez nietos; jugamos a tantas cosas, ya no está la inocencia de la infancia, ahora jugamos a trabajar para cobrar un sueldo real y poder jugar a comer, hay gente que juega ese sueldo en juegos de azar.

Ahora estoy jugando a ser escritor y mientras termino esta pequeña reflexión sobre el juego siento que la vida en sí misma es el juego y que se compone de pequeños juegos; y así como un día empieza, como todo juego termina, no sabemos cuando, no sabemos si ganaremos o perderemos, de lo que sí podemos estar seguro es que no empataremos porque empatar es como no jugar. Y me pregunto cómo se sentirán los pequeños hombres grises que no juegan o que como el diccionario, creen que solo es una actividad recreativa, claro no van a ganar ni perder nada, pero pobrecitos no se dan cuenta que están muertos que viven empatados.

Gastón Pigliapochi
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lunes, 15 de agosto de 2011

Programa de radio

Amigos/as, comparto un programa de radio, en el que se leyó un cuento mio, así que nobleza obliga acá esta el programa, que por cierto está muy bueno. Muchas gracias Patricia y a Perras Negras.

Esta es la dirección del blog del programa: http://perrasnegrasradio.blogspot.com/

sábado, 16 de julio de 2011

Normal

Se puso su ropa y salió a la calle, era un día más como cualquier otro; primavera soleada. Fue en dirección a la estación del subte de la línea B; llegaría al banco un poco más tarde que de costumbre. El calor y la humedad que despide esa gran boca con escaleras como dientes, le hacen transpirar el cuello. Saca su tarjeta, la pasa por el molinete, desciende un poco más a los infiernos, se sienta y espera, cruzado de piernas, en el anden.
Al detenerse el coche rojo, pintado un poco con aerosol, él se levanta e ingresa, toma asiento en un pequeño lugar que hay entre dos personas de grandes cuerpos.
En estación Pueyrredón sube mucha gente, más que en otras ocasiones, se le paran enfrente una pareja, él casi tiene el miembro del hombre en su boca, se toca el cuello como buscan hacer lugar entre este y la camisa. Comienza un desfile de vendedores, uno detrás de otros. Se acomoda el pantalón del traje, tan alineado, tan marcado que hace juego con el saco entallado, fino, que es acorde con su barba refinadamente cortada, con su pelo corto y engominado, todo el aspecto de un tipo normal.
Compra un paquete de pastillas (nadie sabe si lo hace por gusto o lástima por el que vende) de mentol, compra pañuelos descartables; cinta métrica y la pelotita con luces de colores, llega el momento de las tijeras de marca mundial, los cuchillos chinos que cortan cualquier cosa, todo pasa, pasa de todo.
En el noticiero matutino, algunos testigos aseguran que la masacre comenzó alrededor de las 9 y 20 de la mañana, que nadie pudo hacer nada, que los ojos desorbitados del atacante eran demoníacos. El cuerpo o lo que quedaba de él estaba en partes en las vías, en un pedazo de tela azul con líneas celeste claro colgaba un plástico con una foto y un nombre junto a un coagulo espeso de sangre, se podía leer Jo... y un apellido que comenzaba Ma... debajo el titulo prestigioso de Gerente General.

Gastón Pigliapochi
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.Joan Manuel Serrat "Si la muerte pisa mi huerto":



martes, 5 de julio de 2011

Ideas sueltas (actualizadas)

No intentes correr, eres paralítico. No intentes mirar, eres ciego. No intentes amar, eres milico.

El celular para el hombre es como la cadena para el perro.

Si hay inteligencia militar, ¿hay ateos religiosos?

Lamento herir sus sentimientos, pero, Papa Noel, Los Reyes Magos y el humanismo son simples inventos.

Soy creyente por sociabilidad y ateo por convicción.

Saber más, es conocer menos.

Si el buen tiempo nos acompaña, nunca envejeceremos

Sabemos del bien pero aprendemos del mal

Las revoluciones no se hacen con textos y palabras, lamentablemente las balas siempre son mas fuertes que la pluma.

Siempre es bueno caerse al menos una vez en la vida.

El amor es el verdadero opio de los pueblos.

Las musas inspiradoras son tan putas, que a la primera de cambio se van con cualquiera.

Sombrío pasaje hacia otra vida, sin recuerdos, sin memoria.

Toda verdad oculta una mentira.

Vivir hace que morir valga la pena.

La muerte es lo único realmente socialista

Para entender nuestra vida, primero debemos entender la muerte

Lo inexplicable tiene de mágico ser inexplicable


Gastón Pigliapochi
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La gran Violeta Parra Maldigo del alto cielo:

martes, 21 de junio de 2011

Letras en una servilleta

texto escrito el 05/03/2008:

Abrazos profundos
con el alma expuesta.
Besos enormes
con sabores a fresas.

Miradas que se pierden
en el mismo futuro,
proyectando la vida,
en la eternidad como plazo.

Lluvia, bocinas y protestas;
se detiene el tiempo,
cuando estoy a tu lado.
Se calma mi ansiedad
y no existe el pasado.




Texto y foto:
Gastón Piglia
pochi
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jueves, 9 de junio de 2011

Medias tintas

Yo alguna vez creí que había que estar fuera de la mediocridad, te juro que fue así.
En el secundario fui un muy buen alumno, no sé por qué tuve siempre facilidad, no estudiaba, pero mi promedio fue bueno y para colmo escribía horrible, tenía una letra (bah tengo) desastrosa; sin embargo luego cuando comencé la facultad de ingeniería en sistemas, no me adapté abandoné al año, la retomé y la volví a abandonar; años despues empecé un curso terciario al que abandoné luego de aprobar todas la materias de primer año, pasaron más años y comencé a estudiar sonido en otra facultad, la cual como imaginás la dejé luego de cursar un año y firmar dos materias; no me llevo con la universidad con ese universo, con la autoridad, con lo esquemático, con el tiempo para un titulo, soy ansioso. Entonces no volví a cursar nada, me sentí libre, fuera de todo sistema mediocre, hoy me doy cuenta que es importante un titulo; medias tintas.
Fuí de ideas trotskistas-marxistas, desde muy joven, con el tiempo me dí cuenta que el obrero que esperaba que hiciese una revolución hoy comía un plato caliente y consumía productos, era imposible esa idea de invertir las estructuras de poder. Quedé siendo ni comunista y obviamente menos burgués, medias tintas.
Escribo desde hace años, me dije bueno mierda esto hace especial a una persona, escribo no soy tan mediocre, no gané un puto concurso literario, me leen seguidores que admiro como escriben y siento que me siguen por compasión; no viví como imaginé entre bares, tertulias, vinos, músicos y amigos. Ni bohemio ni dandi, medias tintas.
Tengo un trabajo que me encanta hacer, aunque con el tiempo la tecnología me parezca una herramienta de atomización humana, para convertir en islas a las personas; hoy por hoy no hay mucho trabajo y no hay mucha plata. Osea un trabajo que me gusta y da placer y poca plata. Medias tintas.
Estudié guitarra, tuve un par de bandas, nunca llegué a tocar muy bien. Medias tintas.
Juego al futbol, en el arco es donde mejor ando, pero me gusta jugar arriba. Medias tintas.
Estuve casado, y me separé, y alguna vez pensé en un fracaso; pero luego sostuve la vida nace para fracaso, morir.Hoy en pareja recuperé la Fe en el amor. La felicidad y la tristeza, ambas me gustan; como siempre medias tintas.
Por estas medias tintas, verás, creo que estoy dentro de un mediocre más.

Gastón Pigliapochi
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El gran Alfredo Zitarrosa interpretando Tinta Roja:

domingo, 29 de mayo de 2011

recuerdos nada más.

El día que no llega,
la luna con sus penas.
Nace el niño
muere el mundo,
muere el niño
nace el amor,
Entre gallos y madrugadas,
botas que pisan la primavera.
Es un recuerdo nada más
nada más.
Es tu mirada que ya no está
y que se va.
El barrio ya no es el mismo,
ya no hay moras, ni ciruelos,
todo es gris y sin menta
en el aliento.
Una vuelta en bicicleta,
y todo aparece como ayer.
Pero no es igual, hay vacío al andar,
hay una historia inconclusa,
hay una vida que no será.

Gastón Pigliapochi
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En Este Barrio (santiago feliú):


viernes, 20 de mayo de 2011

El ruso

¿Ves ese que está sentado ahí en el cordón de la vereda?; sí ese, el de camisa hippie con flores rojas y azules, es el Rusito, miralo que bonito parece con esos rulos, su barba y sus ojos azules, es como un querubín, sin embargo no es lo que aparenta.
El Ruso es un ser miserable, mezquino, no tiene amigos o mejor dicho solo tiene uno, pongamosle Perez para que nadie se sienta ofendido (tal vez los Perez). Se conocen de la niñez, de cuando el Ruso no era lo que es hoy, un despojo humano (lo llamaría yo), ser amigo de él es una cuestión compleja, la amistad tiene un solo sentido, o uno lo llama y va y está ahí o simplemente no se ven, no se retroalimenta.
A qué se dedica este ser (lo de humano dijimos que lo dejamos de lado), vende falopa. ¿Donde vive?, en un caserón de tejas, como en el tango. Ahora uno supondría que el tipo es un inepto, poco inteligente, todo lo contrario. Es sumamente inteligente, entonces ¿por qué vende drogas? él mismo respondería ¿por qué no?. El Rusito toma merca desde hace más de diez años, vendiendola encontró la forma de consumir buena calidad y cortar o rebajar lo que no toma y ganar unos mangos.
Ahora miralo bien, que cara de santo, algunos dicen que consume y es un sorete de persona porque tuvo una niñez chota, pero el tipo tuvo la mejor educación, mucha guita, eso si los padres mucha bola no le daban, se la pasaban de reunión en reunión de trabajo o simple sociales, acá algunos personajes dirían la plata no da la felicidad, o la culpa es de los padres, ¿ves?; yo les diría, que ese verso que el pobre está mejor porque no tiene plata o el rico porque la tiene, me tiene las bolas por el piso, al igual que la culpa es de los padres, ay Freud, si te hubieses dedicado a otra cosa, la culpa (si es que existe) es de uno mismo, ser un miserable es merito propio muchas veces. Perez conoce bien su historia, por eso lo banca, pero últimamente el Ruso se manda muchas cagadas.
Mira como mueve las piernas nerviosas, anduvo internado alguna vez por delirios místicos, en la clínica conseguía cualquier sustancia con menos dificultad que afuera.

- Che, Jesus se apareció y habló conmigo -le dijo por telefono a Perez, una tarde.
- Ruso, dejá de tomar haceme caso, mira tengo que presentar un trabajo mañana, no te puedo dar mucha bola - el tono cariñoso, no le bastaba al otro.
- Te juro, que no estoy drogado y que se apareció sentado en mi cama esta mañana.
- A ver y ¿qué carajo te dijo?
- Que lo que hacía no estaba mal, que me quedara tranquilo. Que mi idea era correcta, todos vivimos en pecado y luego nos limpiaremos en la otra vida.
- Necesitas ayuda negro, vamos a verlo al Doctor.

El doctor era el psiquiatra que lo trataba al ruso, cuando este se dejaba tratar. ¿Qué cual era la idea del Rusito? simple: se puede hacer cualquier pecado, total esta vida no es la real, el Dios, ese tan lindo Dios que tienen los hombres, concede la entrada a todo aquel que se arrepienta de todos esos pecados, entonces el tipo, el querubín de ojos azules, es una mierda de persona, xenofobico, homofobico, misogino. cada cosa tiene una explicación, o almenos los vecinos que son filosofos y psicologos sin matriculas tienen sus explicaciones:
Algunos dicen que odia a las mujeres, porque en realidad odia a su madre (Sigmund acá volvés de nuevo), otros dicen que es maricón y no lo asume por eso es homofobico y misogino; para la xenofobia es claramente social y cultural, se cree superior, dice que no consume paco, porque es una droga de pobres de villeros, su padre era un tipo de la derecha. Ahora como Perez lo aguantaba, es una intriga, según él es un buen pibe, que no encuentra su lugar, a veces ni él se lo creía esto último.
La máxima expresión de su locura, la del Rusito digo, fue la del 24 de Febrero, lo llamó muy nervioso a su amigo.

- Tengo uno atrapado en casa.
- Loco, son las dos de la mañana, ¿qué mierda pasa?
- Venián investigandome desde hace rato, me quieren llevar pero no pudieron.
Del otro lado del tubo, Perez se restregaba los ojos y se agarraba la cabeza.
- A ver, explicate bien y despacio que estoy medio dormido todavía.
- Vení para casa, no se que hacer.
- ¿Vos querés que vaya para tu casa a las dos de la matina?
- Por favor.

Perez cortó el teléfono y salió para su casa, lo notó muy enloquecido más que otras veces. Tres menos diez, se encontraba tocándole el timbre.
- Gracias por venir loco, es bueno poder contar con vos siempre - Le dijo mientras abría la puerta de rejas verdes del parque, temblaba como una hoja.
- Tranquilizate y contame qué pasa
- El año pasado también vinieron, siempre es para febrero. Los escucho todos los días en la vereda, murmuran, porque no hablan no les entiendo. Llegan el primero de febrero y el veinticuatro, como hoy es el último día que están. Yo se que me quieren llevar, no los pude contar nunca, porque siempre tuve miedo de salir, pero esta vez me cansé.
- ¿Cuánto tomaste?
- Tomé un poco no te voy a mentir, unos cuantos gramos, pero no estoy loco entrá.

Al entrar en la casa, Perez se dió cuenta que algo estaba muy mal, las ventanas estaban tapadas con maderas y del cuarto de pecados, asi llamaba el Ruso al cuarto donde guardaba la falopa, se escucho un ruido en la puerta del lado de adentro.

- Ruso ¿qué pasa? ¿qué es el ruido ese?
- Te dije boludo, que tengo a uno en el cuarto.
- Un qué
- Un marciano

El Ruso entreabre la puerta del cuarto, con un pie traba desde afuera para que no la pueda empujar desde adentro, mete un palo que tiene y lo sacude, le pega.
- Ay - escucha Perez asombrado, anonadado.
- Ay, nuele - se escucha gritar, con voz medio gangosa.
- Ruso pará, pará de pegarle.
- ¿Viste? te quiere confundir, habla mal
- Ruso la puta que te parió, abrí la puerta de ahí - el Ruso se niega, Perez lo empuja y abre la puerta.

Lo que había dentro demostró que el Rusito estaba loco. Un chico retrasado mental se atajaba por si venían más golpes, Perez lo calma, lo levanta.

-Ruso la reputa madre que te parió, este pibe no es un marciano , es un pibe con sindrome de down.
-Es un marciano, y no es el único.
- Traeme un algodón o un trapo y alcohol, mira como le dejaste la cabeza.
- ¿Cómo te llamas?
- Marcelito
- Marcelito, no sé como pedirte perdón.
- Está bien, no llores. - Y le muestra a Perez unos papeles con los nombres de los padres y en ellos encuentra un carnet de una colonia. Perez ahí entiende todo.
El ruso trae las cosas, y le dice no te confiés.
Se dan cuenta, el Ruso un ser horrendo, atacó a este pibe que lo único que dá es amor. Al relacionar las cosas, y explicarselas al Ruso, este entendió, que lo que pasaba era que hay una colonía para chicos especiales a dos cuadras de la casa, pero como él vive en una nuve de pedos y no se enteraba de nada, el lo que escuchaba era cuando los chicos pasaban por la puerta y por eso solo era en febrero.
Perez se encargo al día siguiente de llevar a Marcelo hasta su casa, los padres estaban preocupadísimos y supieron entender a Perez, pero igual iban a denunciar al Ruso. Esa misma tarde al ruso lo atropelló un colectivo, no hubo paraíso ni siquiera velorio, los miserables son miserables más allá de la plata, de las drogas y adicciones que se tengan y mueren y terminan como miserables.

Gastón Pigliapochi
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El loco de la calesita (Juan Carlos Baglietto);

jueves, 5 de mayo de 2011

Bares de Caseros II

Continuando con la idea de saga de textos sobre algunos bares que hay en Caseros (aquí está el primer texto: http://www.guantes-de-lana.com.ar/2007/09/bares-de-caseros-1.html) pongo la segunda historia.

Esto sucedió cuando nos reunimos con amigos a terminar de cerrar unas ideas sobre un proyecto que encaramos en el 2007 (aquí lo que quedó de eso: http://culturandoargentina.blogspot.com). Fuimos al Bar Odeón, cuando el bar era lo que era, hoy en día esta devenido a un bar con mas onda y tocan bandas, por aquel entonces era lo que quedaba del bar de barrio, con barra larga y mozos vestidos de mozos.
No recuerdo bien cuantos eramos, quien estaba y quien faltaba; pero lo importante es que pedimos medialunas y cafés, bah en realidad eso pedimos algunos, otros pidieron empanadas (creo), al mozo mucho no le gustó el juntar tres mesas, ahora que lo pienso: si juntó tres mesas es porque eramos al menos seis personas (es un buen numero para un truco con pica pica). Mientras charlábamos de que haría cada uno en el proyecto, quien se encargaba de la cartelería y quién de hablar con los artistas; alguno de los presentes comentó que iba al baño, una mujer fue, tuvo que ir a buscar la llave a la barra, sino me equivoco tenía una cadena la puerta del baño de damas, pero lo más extraño era el de caballeros.
Lo primero que uno de nosotros marcó fue que un tipo entró con un vaso de whisky, ¿a esa hora de la tarde? (tipo cuatro), pero señores lo raro era... al baño, el cartel en la puerta dice caballeros. Nos empezamos a mirar, los otros se cruzaban las vistas y yo los veía intrigados; pero el gordo y yo conocíamos el lugar, desde hacia muchos años. Luego entra un tipo con una bicicleta al bar, saluda al de la barra y encara directo a la puerta de caballeros, entra ¡con la bicicleta!, cierra la puerta y no sale, ni este ni el del whisky. Seguimos con la charla y la cara de todos era muy interesante, cuando terminábamos las medialunas, sale uno del baño de caballeros... Con un taco de pool en la mano, no pude contener más la tensión y las carcajadas de los otros por lo bajo, me llevó a confesarles: no es un baño como ya se habrán dado cuenta, es un garito, siempre lo fue, con mesa de pool, de billar (no se si todavía estaba) y con maquina de caballos. Me estas jodiendo dijo alguno y dije no, es la verdad; aunque el problema es si uno quiere ir al baño a que puerta debería acudir.
Recordé esta anécdota cuando pasaba por la esquina en diagonal al Bar, hoy pintado de rojo y con letras ploteada en la puerta de vidrio, ¿en qué se convirtió el garito? nunca me lo pude responder, nunca entré, y no creo que lo haga, prefiero quedarme con mi recuerdo de un garito escondido en un baño de caballeros (donde alguna vez me jugué algo, no se si dinero, el futuro o el amor).

Gastón Pigliapochi
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miércoles, 27 de abril de 2011

Sueño real.

- Nosotros tenemos la ventaja de soñar despiertos, eso no nos lo quita nadie, estamos donde queremos cuando queremos.
- Hay un problema en lo que dice, los que sueñan despiertos tienden a confundir los sueños con la realidad, esto a simple vista parece una ventaja, pero, cómo mezclar algo tan mágico y lindo como los sueños con algo tan desagradable y triste como la realidad.

Y la discusión se prolongó por la eternidad...

Gastón Pigliapochi
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viernes, 15 de abril de 2011

Oscuridad

Luego de una siesta primaveral, de la que un hilo de baba lo despertó, Juan se restregó los ojos y los abrió: todo estaba a oscuras, no había ni un pequeño haz de luz, se dirigió al interruptor lo apretó y nada. Tampoco había ruido alguno, apresurado y torpemente fue hacia el living en busca del telefono, cuando intentó llamar no había tono. En ese momento pensó en salir a la puerta pero no encontró las llaves manoteó el picaporte por si no había cerrado, y nada.
Tanteando el aire encontró la mesa, tanteando esta en los bordes llegó hasta una silla, se sentó y se puso a reflexionar, todo seguía en la calma absoluta. Supuso que las casualidades no existían y pensó lo peor que podía pensar; estaba muerto.
Muchas veces había pensado y escrito sobre el infierno, tiene dos ideas acerca del mismo. La primera apunta a un lugar lleno de gritos inhumanos, de hombres chillando como cerdos, ante las peores torturas y humillaciones, un infierno regenteado por un ser indescriptiblemente monstruoso, un lugar en el que hombres y mujeres sufren de los mismos dolores y donde estos son por la eternidad, no hay placer alguno posible. La otra idea es completamente inversa: un lugar que lo maneja un tipo lo más humano posible, delgado, bien vestido, de pelo corto y barba cuidada. Aquí no hay sufrimientos, sino que los placeres que más disfrutaron o quisieron disfrutar en vida los hombres y mujeres se hacen repetidos y eternos, haciendo que ya no sean placeres sino que sufrimientos, aquel que disfrutaba de orgías, se encuentra en una orgía interminable y solo desea que termine, cada infierno en este es particular.
Lejos de estas ideas, Juan desesperado busca un marcador que sabe estaba en la mesa, lo encuentra y comienza a escribir sobre la tabla, escribe lo que cree que es el infierno en ese momento. No hay dolor, ni sufrimiento, no hay placer eterno, no hay mandinga ni nada. Es solo él en esa oscuridad, solo. No hay peor infierno inimaginable que este, hablar con nadie, no ser escuchado por nadie, la soledad como única compañía y en lo cotidiano. En un lugar tan conocido y a la vez tan extraño, entre las sombras; sin poder ver nada, una ceguera en la nada, sin nadie y con completa consciencia. Sentado se tomó la cabeza y una lágrima recorrió su mejilla, y se reclinó.pasaron horas, tal vez días.
Su cabeza apoyada sobre la mesa y un brazo colgando, de esta manera lo encontró su hija, que al no poder comunicarse había llegado a ver si le pasaba algo y a preguntarle como sufrió la semana de corte de luz. La mujer se toma la boca y tapa sus ojos al ver la imagen, el cuerpo, la mesa escrita, el tubo del teléfono colgando y las llaves en el piso.



Gastón Pigliapochi
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martes, 22 de marzo de 2011

viernes, 18 de marzo de 2011

nadie ve

En la ciudad somos caballos de carro,
nadie mira pa´ el costado, nadie ve.

La inocencia del pibe una moneda,
la dignidad perdida del que duerme en la vereda, nadie ve

El rey momo esta rodeado de esclavos,
juntando soja para él, nadie ve.

Les duele si alguien divide el pan,
claramente no gusta la igualdad, nadie ven.

Se oye la murga pasar,
se vuelve a soñar, todos ven.
La alegría se la quedo,
vaya uno a saber quien, todos ven.



Fotos tomadas en Córdoba, en el año 2008.
Gastón Pigliapochi
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jueves, 10 de marzo de 2011

Soledad


Se ata la luna a mi soledad, las noches que paso sin vos.
pateo para soltarla, pero su hilo no se desata.
Sos el sol que la empuja, la suelta y le da el valor para volar.

Foto tomada durante las vacaciones del año 2010 en Villa Gesell.

Gastón Pigliapochi
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lunes, 7 de marzo de 2011

Largo día.

En otro año largo, el día sigue pasando
y nunca llega a su fin

Este sueño me siento extraño,
mirando cosas que ya viví.

Y si Dios no me quiere acá,
por qué me deja soñar.
Los ojos miran por detrás,
su paranoia en la ciudad.

Un espejo que está quebrado,
sin dolor, sin amor, sin mí.

Las sanguijuelas siguen danzando,
en torno a un disco que perdí.

Contando monedas en un tren,
el ciego me habla y me ve.
¿Nada de esto es real,
solo algo me cayó mal?

Gastón Pigliapochi
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miércoles, 2 de marzo de 2011

Parte de algo quizás.

Milagro de vida
en tus manos al sol.
Pelusa de luna
que quita el dolor.

Temazo de Abonizio-Sainz, también relacionado con la entrada anterior:



Gastón Pigliapochi
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lunes, 28 de febrero de 2011

Tiempo

Me fui alejando de mi soledad,
cantando en algún arrabal.
Me fui soñando el final,
viejo sentado frente al mar.

La luna ata al tiempo en un dedal,
el sol le esconde el hilo y se vá.
Las noches pasan y ya no están,
los días caen en jirones de sal.

El reloj se para ya no moverá,
la aguja fina del final.
La eternidad es ahora y acá,
no hay más que esperar.


Gastón Pigliapochi

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domingo, 20 de febrero de 2011

Manual y reglamento para el descenso de transportes público (completo)


A Julio Cortazar.
El texto que a continuación transcribiré fue hallado en un libro, en una biblioteca que parecía irreal, cuyo tema central giraba en torno a los placeres lúdicos. Las páginas, manuscritas y anexadas de forma descuidada en la parte central de libro, tienen las marcas del paso del tiempo denotadas en sus contornos amarillentos.
Aquí paso al texto con algunas anotaciones personales:
“Pequeño manual y reglamento para el descenso en medios de transporte público en movimiento.”
En esta parte se encuentran aclaraciones hechas por alguien diferente al autor original, hay símbolos que hacen de llamadas y otro color de tinta y tipo de letra.
“de los elementos: primeramente es necesario contar con una persona con la voluntad de participar, vale esta aclaración puesto que ningún animal ajeno al hombre posee dicha voluntad. En el segundo lugar, y no menos importante que el anterior, se encuentra el medio para llevar adelante la proeza. En este punto solo diremos que no son válidos los vehículos con tracción a sangre (carros o semejantes tirados por caballos o cualquier otro animal), así como tampoco se podrá hacer en medios de puertas automáticas (ya que estas se abren en velocidad cero y en ese momento no hay movimiento alguno).En el tercer y último lugar se encuentra el sitio donde se realizará, aquí lo más importante es tener testigos que puedan afirmar que el participante indicó el lugar donde haría el descenso (ejemplo: participante le dice a su acompañante o testigo, me tiro en Uruguay y Paraguay ).”
A simple vista no hay grandes complicaciones para participar de dicho evento.
Reglamento:
1) Quien no de aviso del lugar donde descenderá quedará anulado de la competencia.
2) Quien descienda en velocidad cero, quedará sancionado, al sumar una tercera sanción será descalificado.
3) Se considerará vencedor a aquella persona que pueda demostrar que ha descendido de la mayor cantidad de vehículos o el que haya descendido a la mayor velocidad demostrable. “
En esta parte del manual se explica cómo se debe hacer para el descenso.
“manual: para realizar el descenso, el participante se deberá parar en el vehículo, pedir por la parada, acercarse de la forma más rápida a la puerta y en cuanto comience a abrirse dicha puerta ya podrá hacer el salto, es recomendable hacer el salto mirando en el sentido de la dirección del transporte. Levante el pie que considere con mayor fuerza para resistir el peso del cuerpo, brinque, al tocar el suelo recoja un poco las rodilla para amortiguar el golpe con el suelo.”
Desde aquí se desprenden agregados con otra tinta:
Es conocida la historia de Manuel Irigoyen, campeón nacional de descenso de transportes públicos (resumido de aquí en más como d. t. p.). Tenía un record de velocidad de descenso de 5 kilómetros por hora en el tren que une Retiro con San Pedro, nadie lo podía vencer, pero él quería dar lo máximo; así fue como en la primavera de 1948 se entrenó día a día para lograr el salto a una velocidad que a ningún otro participante se le hubiese ocurrido. Era normal verlo pasar sobre carros de madera (ideados por él) con ruedas también de madera o en ocasiones con rulemanes, buscaba las calles en bajada para tomar la máxima velocidad posible y cuando lo creía conveniente pegaba el salto, rodaba por la calle o la vereda y terminaba con moretones y rasguños. El viernes 17 de octubre decidió que era el día para la hazaña, busco a su mejor amigo para que fuese el testigo; tomaron el tren en Retiro, todo el viaje se la pasó mirando hacia afuera por la puerta y sentía vértigo al ver pasar los campos y tierra a gran velocidad. Corrieron al primer vagón, debido a que Manuel tenía la certeza que al entrar la máquina a la estación, los primeros coches todavía estarían en alta velocidad, y cuando llega el último ya la velocidad es casi nula. Así pasaron la tres horas de viaje, expectantes. Llegó el momento, se paró frente a la puerta, recogió un poco las rodillas y pegó el salto. La caída fue dura, la velocidad se estima en 10 kilómetros por hora, el amigo festejaba desde el vagón. Manuel pegó un grito al tocar el suelo, en el que se mezclo el dolor de una quebradura de tobillo y el saber que había quedado descalificado por no dar aviso del lugar de descenso, punto número uno en el reglamento.
Desde ese día Manuel nunca más volvió a viajar en un medio de transporte público, se sintió defraudado por él mismo, hasta su muerte en 1962, se tiró bajo el mismo tren que lo había visto saltar tan solo 24 años atrás.
Aquí aparece una línea de puntos, alguien agrega que el tipo estaba loco y que siempre intento suicidarse y que le había salido mal la primera vez.
Termina la línea de punto y otra historia es descripta, esta con tinta mucho mas nueva aparentemente.
El tano Cresentti sostenía que el record en d. t. p. lo tenía él, que por eso los colectivos habían comenzado a tener puertas automáticas y ya casi nadie participaba de la competencia en esos vehículos porque solo se abrían las puertas cuando el colectivo circulara a menos de 5 kilómetros, y por tal motivo el comenzó a competir en los taxis, el tipo viajaba siempre con un acompañante y le pegaba el grito, como para que también oyese el conductor, “¡Libertad y corrientes!” automáticamente abría la puerta y se tiraba al llegar a la bocacalle, así cada fin de semana, pocos amigos querían salir con él ya que siempre hacía lo mismo. Debido a que no tenía con quien viajar, el tano encontró una manera de realizar los saltos, como era necesario un testigo Cresentti se compró un taxi, vendó la fábrica de pastas heredada por su padre y compró el auto. De esta manera el loco Cresentti, como ya se lo conocía en el barrio, pensó en su hazaña y la llevó a cabo: yiraba, levantó un pasajero y cuando este le dijo hasta donde iba, él le gritó una esquina que iban a pasar en el camino y aceleró, al llegar a esa esquina abrió la puerta y se tiró, el auto iba a 50 kilómetros por hora, el loco murío en el acto cuando su cuerpo golpeó el pavimento, el auto se incrusto en un bar que estaba en la esquina, por suerte estaba cerrado, la pasajera no sufrío daños graves pero si un gran shock.
Aquí terminan los apuntes, en una página suelta, un texto que nadie firma sostiene que: por tales motivos la competencia de d. t. p. se dejó de practicar, hay quienes compiten de forma clandestina y murmuran los destinos de los saltos, pueden vérselos en algún colectivo parado cerca de la puerta y mirando todo el tiempo para saber cuánto tarda en abrir y cerrar, también se los ve en los trenes viajando en los estribos.
Cuando salí de la biblioteca, tomé el 110, luego de un rato de viaje grité “¡nazca y salvador maría del carril!, salté, creo tener un nuevo record 4 kilómetros por hora.

Gastón Pigliapochi
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domingo, 16 de enero de 2011

Jugando con palabras,primera parte.

Una hoja en blanco que se agranda y se hace infinita, no alcanzaría la tinta del mundo para llenarla, te digo que es así, que el dolor es eso. Sin embargo hay otros que piensan que se puede controlar, que es una idea, que si se cambia listo. Otros lo generan intencionalmente, creeme yo los he visto. Entonces piensan que es lo mismo el dolor físico que emocional, que son la misma cosa pero en diferente lugar del ser: yo a veces pienso que sí y otras que no. También es cierto que a veces no hay causa alguna, que solo viene, se presenta y entra.

Si yo cambiará la palabra, toda la estrofa anterior cambiaría de sentido, si el dolor fuese un error de tipeo y en lugar de eso dijese color.

Una hoja en blanco que se agranda y se hace infinita, no alcanzaría la tinta del mundo para llenarla, te digo que es así, que el color es eso. Sin embargo hay otros que piensan que se puede controlar, que es una idea, que si se cambia listo. Otros lo generan intencionalmente, creeme yo los he visto. Entonces piensan que es lo mismo el color físico que emocional, que son la misma cosa pero en diferente lugar del ser; yo a veces pienso que sí y otras que no. También es cierto que a veces no hay causa alguna, que solo viene, se presenta y entra.


Gastón Pigliapochi

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lunes, 10 de enero de 2011

Círculo

Amanece mi esperanza

entre cruces de madrugadas

Una muerte tan ingrata,

que solo quiere mi alma.

renazco cada mañana

entre soles y tu mirada

no le temo a la nada

si mi sueño está en tus entrañas.

calles de encrucijada

entre mis palabras.

La muerte y la vida

habitan mi casa.

Gastón Pigliapochi

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La colina de la vida (León Gieco), versión de Las Pelotas: