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sábado, 16 de julio de 2011

Normal

Se puso su ropa y salió a la calle, era un día más como cualquier otro; primavera soleada. Fue en dirección a la estación del subte de la línea B; llegaría al banco un poco más tarde que de costumbre. El calor y la humedad que despide esa gran boca con escaleras como dientes, le hacen transpirar el cuello. Saca su tarjeta, la pasa por el molinete, desciende un poco más a los infiernos, se sienta y espera, cruzado de piernas, en el anden.
Al detenerse el coche rojo, pintado un poco con aerosol, él se levanta e ingresa, toma asiento en un pequeño lugar que hay entre dos personas de grandes cuerpos.
En estación Pueyrredón sube mucha gente, más que en otras ocasiones, se le paran enfrente una pareja, él casi tiene el miembro del hombre en su boca, se toca el cuello como buscan hacer lugar entre este y la camisa. Comienza un desfile de vendedores, uno detrás de otros. Se acomoda el pantalón del traje, tan alineado, tan marcado que hace juego con el saco entallado, fino, que es acorde con su barba refinadamente cortada, con su pelo corto y engominado, todo el aspecto de un tipo normal.
Compra un paquete de pastillas (nadie sabe si lo hace por gusto o lástima por el que vende) de mentol, compra pañuelos descartables; cinta métrica y la pelotita con luces de colores, llega el momento de las tijeras de marca mundial, los cuchillos chinos que cortan cualquier cosa, todo pasa, pasa de todo.
En el noticiero matutino, algunos testigos aseguran que la masacre comenzó alrededor de las 9 y 20 de la mañana, que nadie pudo hacer nada, que los ojos desorbitados del atacante eran demoníacos. El cuerpo o lo que quedaba de él estaba en partes en las vías, en un pedazo de tela azul con líneas celeste claro colgaba un plástico con una foto y un nombre junto a un coagulo espeso de sangre, se podía leer Jo... y un apellido que comenzaba Ma... debajo el titulo prestigioso de Gerente General.

Gastón Pigliapochi
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.Joan Manuel Serrat "Si la muerte pisa mi huerto":



martes, 5 de julio de 2011

Ideas sueltas (actualizadas)

No intentes correr, eres paralítico. No intentes mirar, eres ciego. No intentes amar, eres milico.

El celular para el hombre es como la cadena para el perro.

Si hay inteligencia militar, ¿hay ateos religiosos?

Lamento herir sus sentimientos, pero, Papa Noel, Los Reyes Magos y el humanismo son simples inventos.

Soy creyente por sociabilidad y ateo por convicción.

Saber más, es conocer menos.

Si el buen tiempo nos acompaña, nunca envejeceremos

Sabemos del bien pero aprendemos del mal

Las revoluciones no se hacen con textos y palabras, lamentablemente las balas siempre son mas fuertes que la pluma.

Siempre es bueno caerse al menos una vez en la vida.

El amor es el verdadero opio de los pueblos.

Las musas inspiradoras son tan putas, que a la primera de cambio se van con cualquiera.

Sombrío pasaje hacia otra vida, sin recuerdos, sin memoria.

Toda verdad oculta una mentira.

Vivir hace que morir valga la pena.

La muerte es lo único realmente socialista

Para entender nuestra vida, primero debemos entender la muerte

Lo inexplicable tiene de mágico ser inexplicable


Gastón Pigliapochi
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La gran Violeta Parra Maldigo del alto cielo: