Se encontraron y se miraron, sin ver;
como dos extraños conocidos.
Mientras el pasado les roía los pies,
la tarde moría sin misterios ni dueños.
Necesitaba un hola, cómo estas?
no se atrevió a preguntar.
Cualquier respuesta
los hubiese estaqueado en la soledad.
El olvido por amor,
fue la solución.
Se tomaron las manos,
se despidieron con un frío adiós
Suspende el tiempo
la respiración.
Lo vio alejarse
tras una niebla de dolor.
Gaston Pigliapochi