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sábado, 11 de octubre de 2008

Las consecuencias del Neoliberalismo en la Argentina

Esta monografía fue realizada para una materia de la facultad, como me gustó el resultado final la coloco acá. De esta manera verán, en resumen, lo que sucedió con el Neoliberalismo en nuestro país. Voy a ir poniendolo de a poco, ya que es un poco largo.

Todos los derechos reservados a:
MONTAÑO, Daniela
OLIVETO, Pablo
PIGLIAPOCHI, Gastón
SAVASTANO, Martín

Introducción:

La presente monografía tratará de analizar el impacto producido por el proceso neoliberal en los sectores populares, instaurado en la Argentina a partir de la década del setenta. Analizaremos cómo el desarrollo del Neoliberalismo afectó desde una perspectiva territorial, laboral y social a estos sectores.
Nos basaremos en los postulados teóricos planteados por los siguientes autores: Gorz, Calello, Schapira y Castel.
A partir de haber realizado un trabajo de campo, expondremos el surgimiento de una solución por parte de los afectados, quienes se erigieron como únicos responsables de la creación de alternativas posibles para la reinserción al sistema.
Específicamente, abordaremos el caso del Centro de Formación Profesional Nº9 situado en la Villa 21-24, que se encuentra ubicada en el barrio de Barracas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cuyo interés radica en constituirse como una alternativa para la reinserción.
Finalmente, y desde este contexto y parados desde el Centro de Formación, nos preguntamos: ¿solución o paliativo?


Desarrollo del Neorliberalismo en la Argentina

El Neoliberalismo es un programa de relaciones complejas entre planos técnicos, económicos, políticos, ideológicos-culturales y sociales.
El plano económico es abordado a partir de los años setenta desde el colapso del mercado interno. Como consecuencia del golpe de estado de 1976, se libera el mercado de intercambio; se internacionaliza el proceso de las transacciones productivas y el tráfico de capitales y se instalan empresas multinacionales que buscan la inserción en el mercado interno.

"El éxodo de capital, en rigor, se aceleró desde comienzos de los años setenta con el desarrollo de lo que, en la época, se llamo “multinacionales”: es decir, firmas que instalaban filiales de producción en países extranjeros, con el fin de poder acceder al mercado interno de estos". (Gorz, André. Miserias del presente, riqueza de lo posible. Paidós, p. 22.)

En el plano político, se destacan la democracia liberal, la crisis del Estado Nacional, el deterioro de la Nación (por la ruptura con el Estado Benefactor) y la inclusión de programas neoconservadores. Se tiende a la autoridad política y a las formas del liberalismo económico, lo cual conlleva a una crisis de la democracia, por quedar totalmente marginados los contenidos sociales y su esencia igualitaria.

"La crisis del modelo industrializador endógeno y del estado de bienestar, hacia el año 1975; confinó a bastos sectores de la población fuera de los mercados laborales y de los servicios e infraestructuras urbanas mínimos".
(Calello, Tomás. “Breve caracterización histórica de la Región Metropolitana de Buenos Aires” en San Pablo em Perpectiva. ceade, San Pablo, 2000, p 38.)

En el plano cultural-ideológico, con la inclusión de un pensamiento «único» orientado hacia el capitalismo, se pretende una ideología de «satanización» del Estado y de imposición de valores individualistas, de competencia, del consumismo y de la mercantilización de la existencia.
Con respecto al plano técnico, encontramos el desarrollo de nuevas tecnologías, en mayor medida, en el área de la informática y de las comunicaciones. A esta imposición de la tecnología no debemos verla como causa de la globalización, sino como su finalidad. La globalización dentro del territorio de la comunicación se visualiza en una concentración de los medios masivos de comunicación a unos pocos grupos económicos, lo que favorece el proceso de universalización compulsiva del ámbito cultural.

El plano social se caracteriza por la creación de ciudades y fábricas globales; la ruptura del proceso del trabajo; los movimientos del capital global; el reemplazo del fordismo por la producción flexible; el desempleo estructural; la constitución de una sub-clase de excluidos y la superpoblación absoluta de villas miserias.

«Era urgente quebrar por ese lado la combatividad de los asalariados, el poder de negociación de los sindicatos, las “rigideces” que las convenciones colectivas, los acuerdos de empresas, los derechos sociales habían introducido en las relaciones de producción. Era preciso, en una palabra, “liberar el mercado del trabajo” […]»(Gorz, André, op. cit., p. 21.)


El Neoliberalismo se impone como modelo de modernización, según las economías avanzadas, lo que conduce a la exclusión y la marginación. En este mundo globalizado, hay ganadores y perdedores. Podemos afirmar que es desterritorialización y desregulación; la liberación y la flexibilización presionan sobre la cooperación y la solidarización. Es un sistema sin instrumentos de regulación y de un esquema basado en la asimetría.


Distribución espacial de los sectores populares

Con la introducción del Neoliberalismo en el país, se agudiza la brecha entre los «ricos» y «pobres», diluyendo la clase media hacia abajo. Aparejado a esto, la distribución socio-espacial también sufre cambios: comienzan a aparecer y consolidarse nuevas formas de ocupación de terrenos, como por ejemplo el caso de los asentamientos. Sobre todo, en las zonas mas empobrecidas de la ciudad, como son los casos de La Boca y Barracas.

Es en este último barrio mencionado, donde se centrará nuestro análisis, más precisamente en las Villas 21 y 24.
Estas se encuentran emplazadas en setenta hectáreas que fueron playa de maniobras del ferrocarril. Con la crisis industrial y las nuevas formas de economía inmaterial y de servicios, muchos terrenos ferroviarios cayeron en desuso, al mismo tiempo que los ferrocarriles.
El proceso de doblamiento se da por etapas: un primer período abarca de 1965 a 1970, en el que llegan las primeras poblaciones del interior (salteños y tucumanos), que se ubican en la actual Villa 24, y las primeras poblaciones llegadas desde el Paraguay, que lo hacen la Villa 21. Este primer período no es ni arbitrario, ni aislado:

«[…] desde 1960 se produjeron modificaciones de importancia en los usos legales del suelo y el proceso de suburbanización. Se produce una disminución progresiva del subsidios al transporte y junto a ello se agrega la merma de la contribución de los loteamientos económicos». (
CALELLO, Tomás, op. cit., p. 38.)

Esto lleva a que las migraciones se centren dentro de la ciudad y cerca de los centros laborales.
Una segunda etapa se inicia en el año 1976, período de la dictadura, en la cual la lucha se da para evitar la erradicación de la villa y como mecanismo de organización de los vecinos para resistir. Topadoras arrasan con la mayoría de las casillas, pero, gracias a la lucha vecinal, se logra subsistir:

«[…] durante el período 1976-1983, las políticas urbanas implementadas por el gobierno militar influenciaron drásticamente el sentido de las transformaciones socio-espaciales, mediante las relocalizaciones industriales y la erradicación de las villas miseria de la capital y su posterior traslado».(CALELLO, Tomás, op. cit., p. 38.)

El tercer período tiene lugar luego del gobierno militar. Se produce un marcado aumento de la población, ya no solo interna, sino que, además, la crisis de los países vecinos provoca la emigración en masa, lo que lleva a la superpoblación de la villa. La construcción se eleva, ya que los alojados, con poco espacio para desarrollarse en horizontal, empiezan a construir en altura para dar lugar, muchas veces, a sus propios familiares.

Si bien, en un principio, la idea era la de integrar este asentamiento a la ciudad y proveerla de agua y electricidad, esto nunca se llevo a cabo. Mucho menos, un planeamiento ocupacional con orden de calles y construcciones dignas. La electricidad sigue siendo irregular y no existe una prestación legal, por lo cual, todo el barrio está «enganchado»; el agua «se lucha» y las condiciones sanitarias son paupérrimas. «La gente acá muere como moscas, sobre todo, los niños», nos contó Jorge Yagues, director del Centro de Formación Profesional Nº 9 que funciona dentro de la villa.

Este espacio no aparece ni en las guías de calles y barrios, ni en los folletos del Ministerio de Educación de la Ciudad, solo aparece en la cruda realidad de los que viven allí y en el discurso de quienes quieren eliminarlos.

Este proceso neoliberal, empobrecedor, se encrudece por


«[…] los cambios en la organización del mercado de trabajo que tiene raíces en el proceso de desindustrialización que toca desde los años setenta […] estas has sido las medidas de ajuste (plan de convertibilidad, apertura económica, privatización masiva, reforma del estado) comprometidas de manera extremadamente brutal por el segundo gobierno de Carlos Menem, que provocaron la supresión masiva de empleos en el ámbito publico, el desarrollo de la precariedad en el corazón mismo del asalariamiento y el enorme crecimiento del desempleo que pasa del 6% en el año 1991 al 18% en el año 1995».(Schapira, Marie-France Prévôt. «Segregación, fragmentación, secesión. Hacia una nueva geografía social en la aglomeración de Buenos Aires» en Economía, Sociedad y Territorio, vol. ii, núm. 7, 2000, p. 409.)

Este proceso, además de damnificar en lo más profundo a las clases bajas, golpea de lleno en la economía de las clases medias, lo que las lleva, a gran parte de estas, a su empobrecimiento. Se genera una fragmentación en los mercados de trabajo y aparecen los «nuevos pobres» a partir del debilitamiento en la coerción social:

«[…] la observación de la expansión de las formas de pobreza en la ciudad, muestra que la dilución de la pobreza no significa uniformización sino todo lo contrario […] la lectura dual del espacio conviene sustituirla por la de una segregación disociada, que supone el desarrollo dentro de cada grupo, incluso en el interior de cada vida (atomización), de las tensiones que eran hasta entonces la herencia de las rivalidades entre grupos. Esta propiedad fractal del fenómeno desigual explica la profundización de las desigualdades en el interior de los mismos territorios».(Schapira, Marie-France Prévôt. «Segregación, fragmentación, secesión. Hacia una nueva geografía social en la aglomeración de Buenos Aires» en Economía, Sociedad y Territorio, vol. ii, núm. 7, 2000, p. 417.)


Es así como las mínimas diferencias dentro de la villa generan en sus habitantes signos de pertenencia o de exclusión.

Consecuencias sociales

A mediados de los años setenta, se impuso en el país uno de los golpes de estado más desafortunados, no solo por su carácter autoritario, sino, también, por el cambio en la política socio-económica que este impuso. Con la apertura del libre mercado internacional, se comienza con una economía multinacional y con los negocios financieros. Se critica fuertemente al Estado de Bienestar por su alto aparato burocrático; esto, sumado a un gran endeudamiento de la nación y la pérdida de autonomía de las instituciones, abre la puerta de entrada a los organismos internacionales (como por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional), los que, desde entonces, señalan las prioridades en los problemas internos y participan en la toma de decisiones. Los trabajadores ya no encuentran el amparo en los gremios, el gobierno comienza una forma sistemática de terrorismo de estado, estas dos cosas sumadas dan lugar a la rebaja de sueldos como consecuencia de que los empleados no se quejaran por miedo a perder el empleo o a «desaparecer». Se planta, de esta manera, la semilla del Neoliberalismo.

La informalización del empleo es el primer signo del cambio socio-económico; más allá de lo que el gobierno quería mostrar a través de su discurso autoritario, la desigualdad en la Argentina comienza a aumentar y es notoria debido al acrecentamiento del número de personas a las que no les quedaba otra opción que ir a vivir a las villas de emergencia. Estas, que en su comienzo habían sido creadas para albergar a los trabajadores en lugares cercanos a las fábricas y al puerto, se convierten en la vivienda de los desempleados, así como, también, es notable el crecimiento del número de estos asentamientos, con la diferencia de que en los nuevos, las construcciones son cada vez más precarias. Durante el gobierno de facto, comienza, como otro signo del neoliberalismo, la recuperación de esos terrenos que habían sido otorgados por el Estado a los trabajadores.

En el año 1983, al restablecerse la democracia, se creyó que la crisis acarreada por el gobierno militar era transitoria, pero, en realidad, era solo el comienzo. Para fines de la década del ochenta, el producto interno cae bruscamente, y el 40 % de la población se encuentra por debajo de la línea de la pobreza, hay una altísima inflación y un descreimiento en las instituciones, esto culmina con los sectores pobres saqueando supermercados durante la crisis alimentaria.

La situación vivida durante esas dos décadas conduce a que el sistema aferre sus garras y, por otro lado, favorece, en 1989, al éxito de Carlos Menem en las elecciones, período que se constituirá como ícono del Neoliberalismo. Es en este momento histórico que se termina de desarmar lo que quedaba del Estado de Bienestar, debido a que se lo culpa por sus malas inversiones en cuestiones sociales y de protección al trabajador, se pone la mira en la hiperinflación y en las empresas del Estado, tales como las de electricidad, teléfonos, transporte, etc.

Como parte de la política neoliberal, se comienza a desechar todo lo hecho por los gobiernos anteriores, y es así como se derrumba un símbolo de la Argentina: el albergue Warnes, cuyo objetivo original de su construcción había sido la creación de un hospital público, pero que el abandono de la obra llevó a que fuera ocupado por gente indigente. También es el momento del auge de los grandes monopolios de medios de comunicación, ya que se elimina la ley que prohíbe que una misma persona o grupo sea dueño de diarios, canales televisivos y radios.

Se dolariza la moneda, es decir, surge un falso oasis: el uno a uno; se reducen altamente los impuestos a las importaciones. Estos dos factores llevan al cierre de fábricas como consecuencia de que los costos de fabricación son muchos más altos que los productos importados. Por otro lado, se firma la ley de flexibilización laboral, con la que se propone la especialización del trabajo y la capacitación de los empleados, pero el hecho real es que no se dice que la ley esconde la ruptura de toda protección del trabajador por medio de la modificación, simultáneamente, de la ley de contrato laboral. De esta manera, se logra aumentar nuevamente la cantidad de familias que quedan en situación de pobreza, la desocupación se duplica durante los diez años del gobierno menemista: en 1989 era de un 7,1% y para fines de los noventa, del 14.5%. No es casual que hayan aumentado los colegios y facultades privadas, así como las empresas de salud prepaga, ya que la gente no le confía al Estado su educación ni su salud. Otra cuestión en alza es la inseguridad: los índices de delitos crecen y se genera el miedo en la población, hecho en el que participan ampliamente los medios de comunicación, lo que conduce a un fuerte aumento de xenofobia, primero hacia los extranjeros que vienen a trabajar –personas que llegan desde Bolivia o Paraguay donde, hasta ese momento, la situación era peor que la de nuestro país–. Posteriormente, este racismo instaurado en gran parte de la población cambia su objetivo: ya no son los de afuera, sino los que viven en las villas.

Así queda abiertamente aceptado que los que están en las villas son drogadictos o delincuentes, y de esta manera, poco a poco son excluidos, marginados, de la sociedad debido a que comienzan a ser tratados como ciudadanos de segunda, para darles este nombre de excluidos nos basaremos en las palabras de Robert Castel:

«Observamos […] la multiplicación de categorías de la población que sufren un déficit de integración con respecto al trabajo, a la vivienda, a la educación, a la cultura, etc., y sobre las cuales podemos decir que están amenazadas de exclusión» (Castel, Robert. Las trampas de la exclusión: trabajo y utilidad social. Colección Fichas del siglo xxi. Topia, Buenos Aires, p. 34. )

Castel sostiene que una de las formas de exclusión es aquella que se presenta cuando un ciudadano es tomado como de segunda y este hecho es avalado legal y socialmente; en otras palabras, cuando se legaliza la discriminación por algún motivo. El germen que se observa en la Argentina es la pobreza, vivir en lugares de riesgo. Podemos decir que la gente que vive en estas villas de emergencia son excluidas, sobre todo, las generaciones que crecieron en ese lugar, porque la anterior, que había perdido su empleo, podía, hasta cierto momento, recuperarlo (o al menos se tenía esa idea), mientras que los niños nacidos en esos lugares no tienen la oportunidad de acceder, siquiera, a la educación pública, como tampoco los adultos, al trabajo, ya que cuando mencionan el lugar en donde viven, no son admitidos. Claramente, se nota la exclusión, porque no hay posibilidad de reinserción en la sociedad, ya que el Estado no les provee herramientas para estudiar, ni para trabajar.

Para contrarrestar la falta de iniciativa del Estado, a comienzos del año 2000, nacen las Organizaciones no Gubernamentales (ONGs) con el fin de cubrir los problemas sociales que se estaban intensificando en el país, tratando de cubrir, además, pilares tales como la educación, el trabajo, la ecología, etc. Otro importante surgimiento suscitado durante los primeros años de esta década, es la de las cooperativas, sobre todo las que surgen como recuperación de fabricas cerradas, este revolucionario fenómeno es el que producen los trabajadores que se hacen cargo de lugares que presentaron quiebra, y en los que ellos eran obreros u operarios: las ganancias son repartidas entre cada integrante de la cooperativa.

En el año 2001, se desencadena uno de los estallidos sociales más importantes de la Argentina, dentro de un gobierno democrático; el pueblo sale a la calle debido al hartazgo popular provocado por la falta de interés del Estado por los problemas a nivel seguridad, trabajo y educación. Por primera vez en la Plaza de Mayo se juntan todas las clases sociales, y la consigna era precisa y directa: «Qué se vayan todos», la realidad era que se pedía el retiro de todo político, lo cual era la solución más rápida, puesto que el Neoliberalismo seguiría funcionando, ya que no se pedía sentarse a hablar para buscar soluciones, sino que se fueran todos. Esta movilización terminó con una fuerte represión por parte del Estado en la que murieron cuatro manifestantes.

A partir del 2002, el gobierno de turno retoma el asistencialismo que había tenido lugar en la década del ochenta, en ese momento se creó el Plan Alimentario Nacional, este plan consistía la entrega de una canasta de alimentos a hogares que presentaban problemas alimentarios. El nuevo método de asistencia del estado se produce a través de los Planes Trabajar, que exigían ciertos requisitos para recibir ciento cincuenta pesos mensuales sin tener que hacer nada. Este plan fue creado como respuesta a la nueva forma de protesta, el piquete, que es el corte de rutas o calles por parte de movimientos de desocupados, esta forma de protesta crecerá hasta la actualidad, inclusive los sectores oligárquicos que se quejaban por estos cortes y pedían mano dura, utilizarán esa medida en apoyo a una protesta del campo. Las estadísticas muestran que se reduce la desocupación, por un lado, es cierto que muchas fábricas volvieron a abrir sus puertas por el sistema de cooperativas que explicamos anteriormente, pero, por otro lado, también se considera como trabajo, a cualquier cosa que se haga cambio de un poco de dinero (changas); así como también, entra en esa categoría «el empleo en auge en esta década»: cartonear; que no es otra cosa que revolver la basura que desechan unos para poder juntar lo que sea cartón, plástico o metal, para, posteriormente, venderlo. Hoy, esta realidad sigue vigente: se sigue sin una estructura para reinsertar a los pobres al sistema, sin educación ni trabajo.

Villa de emergencia 21-24.

En la Villa 21-24 funciona el Centro de Formación Profesional Nº 9, allí su Director Jorge Yagüe, nos recibió, mostró las instalaciones del Centro y nos presento a profesores y alumnos. Allí nos brindo una amena charla donde explico los comienzos del Centro, su funcionamiento y su objetivo principal.
De esta manera, pudimos determinar que la villa se encuentra asentada en setenta hectáreas que fueran propiedad del ferrocarril. En la Villa 24 llamada “Argentina” los primeros pobladores fueron salteños y tucumanos, en cambio en la Villa 21 los pobladores iniciales fueron paraguayos. Existe también un tercer sector construido por NTH (Núcleo Habitacional Transitorio) diferenciado por su construcción y por su ubicación, sobre el borde del Riachuelo. En él las familias alojadas lo hacían, de acuerdo a una inicial propuesta, por un período corto que serviría de transito para otra vivienda fuera del Barrio. Esta etapa nunca se cumplió y las familias debieron permanecer en el lugar.
La villa hoy se caracteriza como un ambiente en donde coexisten la violencia, el hacinamiento y la marginalidad. Esta sería la “visión externa” de la sociedad rodeada de prejuicio y desconocimiento de lo que es la villa en realidad. Ya que existen grupos y actividades con un positivo aporte a la comunidad, particularmente entre los jóvenes por ejemplo: grupos de exploradores que integra niños, jóvenes y adultos y que funcionan en la Parroquia de Nuestra Señora de Caacupe.
A finales del 2001 hubo una etapa de gran desocupación que vivió el país donde los desocupados fueron por la iglesia orientados a tareas dentro de la propia villa.
Desde el 2002 la gente tiene más trabajo pero para evitar ser excluidos no deben indicar como domicilio la villa para conseguirlo. La situación en general de ingresos mejora, y comienzan a darse los primeros síntomas del ingreso de Drogas y en particular del llamado Paco (pasta base), de un tremendo poder nocivo y adictivo.
Hoy se estima la población de la villa en unas 30 000 personas la que la ubica entre las tres primeras en población en la ciudad de Buenos Aires.
La villa cuenta con dos Centros de Salud, una escuela primaria, un jardín maternal, una reciente escuela infantil y un Centro de Formación Profesional, además de los servicios educativos que brinda la Iglesia.
Sin dudas estos datos dejan en claro, que es imposible atender lo mínimo e indispensable para una población de 30.000 personas, podríamos decir que de esta manera queda legitimizado el abandono por parte del Estado y que de una manera u otra la sociedad en general les da la espalda.
Cabe destacar que el Barrio carece totalmente de una escuela secundaria, donde los niños egresados del séptimo grado puedan ser incluidos a la Educación Media.
Podría decirse que estos jóvenes quedan librados a su suerte, ya que las escuelas más cercanas están fuera del Barrio, son casi todas técnicas y se les complica afrontar los gastos por carecer de los recursos económicos necesarios. Lamentablemente en algunas escuelas secundarias al decir su procedencia, ni siquiera son anotados para comenzar con el año lectivo. Se han realizado exposiciones del caso a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires reconociendo reiteradas veces el abandono y la falta de derecho a la salud, a la dignidad, a la educación, a una vivienda digna y a gozar de un ambiente sano. Y a pesar de esto, el Estado sigue sosteniendo su inacción ante el pedido más urgente, de abrir una escuela secundaria en el Barrio.


Centro de Formación Profesional Nº 9

En el año 2002 el Ministerio de Educación de la Nación, resuelve la creación del Polo Educativo Barracas en la villa 21-24. El proyecto contemplaba la creación de un Jardín de infantes, una Escuela Primaria y una Escuela Secundaria.
En marzo del 2003 la ONG. Vientos limpios del Sur, comienza la construcción de una escuela de oficios en el terreno del Polo Educativo. El Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires traslada el Centro de Formación Profesional Nº9 al Polo Educativo de Barracas, ubicado en el barrio 21-24.
En marzo del 2006 la Dirección de Infraestructura Escolar del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se hace cargo de la etapa final de la obra. Se realiza un relevamiento sobre las necesidades educativas de la población, y así se determinan los cursos próximos a dictar. Al no tener el edificio terminado se decidió comenzar con el dictado de los cursos en los distintos comedores de la villa y en otras organizaciones del barrio, dictando una docena de cursos con una asistencia de más de 100 vecinos.
Los comedores que cedieron sus instalaciones fueron: comedor Casa Cambalache, comedor Madre Teresa de Calcuta, comedor Trencito de Vida, mutual Flor de Ceibo, comedor Evita NHT Zavaleta, comedor Ayúdame a Crecer, ONG Vientos Limpios del Sur, comedor Amor y Paz y la parroquia de Nuestra Señora de Caacupe.
Las obras del edificio central finalizaron en febrero del 2007, en marzo del mismo año comienzan las obras de ampliación a cargo de la Cooperativa El Profesional, integrada por docentes y alumnos del C.F.P. Nº 24 con el auspicio de la Corporación de Buenos Aires al Sur. Se construyeron tres aulas y una sala de docentes que se anexan al edificio original, que consta de un salón de usos múltiples, un aula taller, dos aulas en planta alta, oficina y baños. El total de las obras finalizaron en Septiembre del 2007.
Se llevan dictados hasta el 2007 más de 70 cursos con una matrícula de 1500 alumnos.
Actualmente el dictado de cursos es aproximadamente de 20 con una asistencia cercana a los 300 alumnos.

Cursos que dicta el Centro de Formación Profesional nº 9:

Informática:
Operador Básico de P.C.
Operador de Procesador de texto 1 y 2. Word.
Operador de Planilla de Calculo 1 y 2. Excel.
Generador de Presentaciones. Power Point.
Operador de Internet.
Construcciones:
Introducción a los oficios de la Construcción
Albañilería Básica.
Tornería.
Cerrajería.
Herrería.
Electricidad.
Electricidad Básica.
Instalaciones Eléctricas Domiciliarias.
Electricidad Aplicada a la Industria.
Estética:
Asistente de Peluquería.
Asistente Colorista de Peluquería.
Peluquería de Damas.
Maquillaje Social.
Gastronomía:
Ayudante de cocina.
Repostería Básica.
Decoración Artesanal de Tortas 1 y 2.
Gestión:
Introducción al Cooperativismo.
Taller de Micro emprendimientos.
Idiomas:
Ingles Básico 1 y 2.
Indumentaria:
Básico de Corte y Confección 1 y 2.
Mordería a Medida 1 y 2.
Indumentaria y elementos de Crianza para el Bebe.

El CFP Nº 9 por ser la única Institución Educativa Oficial para adultos dentro de la Villa 21-24 presta sus instalaciones por ejemplo a la Secretaria de Cultura para dar sus cursos de Telar, Cerámica, Producción Artística y Tapices.
Uno de los objetivos más importantes del Centro es inducir a sus alumnos a finalizar sus estudios primarios y secundarios. Cabe destacar que en el Centro funciona el programa de PAEBYT (Programa de Alfabetización, educación básica y Trabajo) con tres maestros que dictan clases a dos grupos, uno de adolescentes entre 14 y 19 años el otro grupo para mayores adultos, para la terminación de su escolaridad primaria.
En uno de los vértices de la Villa 21-24 se encuentra el Cens Nº 75(centros de enseñanza de nivel secundario) es lo más cercano al Polo Educativo que tienen los adultos para completar sus estudios secundarios.
Todos los esfuerzos desarrollados en el Polo Educativo Barracas por el C.F.P.Nº 9
Daría sin dudas mejores resultados si se aprobara la creación de una Escuela Secundaria en el Barrio.
El objetivo del CFP Nº9 mas allá de la formación profesional del alumno, intenta que estos logren una inserción productiva, creando cooperativas de trabajo, empleo o autoempleo. El Centro es una alternativa posible para la reinserción al sistema, aunque no se lo podría considerar como una solución al problema social que afecta al barrio en particular, sino como un” Paliativo”. Teniendo en cuenta la población de 30.000 habitantes y solo 300 de ellos se encuentran matriculados en los cursos. Deberían existir muchos CFP para generar un fuerte impacto en el barrio y nos deja más en claro que en la Villa 21-24, aunque haya gente que trabaja de manera admirable, hay mucho más por hacer.



Conclusión:

Teniendo en cuenta lo desarrollado en este trabajo:

Afirmamos que, la creación del Centro de Formación Profesional es verdaderamente una solución potencial que debería ser absorbida como verdadera política de inclusión, por parte de los Gobiernos, que ataquen la raíz del problema y no se dediquen solo a “emparchar” transitoriamente la situación.
Nos referimos a que las posibilidades de aprehender un oficio tienen que si o si ir acompañadas de mejoras educativas, sanitarias, de seguridad e infraestructura que piensen en la inclusión de aquellos a los que la sociedad deja de lado.
De lo contrario el Centro de Formación Profesional Nº 9 seguirá siendo un paliativo que solo aliviara y mejorara a aquellos pocos que tengan la posibilidad y el interés de acceder a el.
El Neoliberalismo garantiza sin duda, la violencia y la pobreza en cualquier país del mundo. Esta en nosotros, que afortunadamente tenemos la posibilidad de estudiar, entender que el delincuente es la pura consecuencia de políticas nefastas tomadas por Gobiernos corruptos que responden a la minoría (Neoliberalismo), las clases dominantes como la oligarquía Argentina.