Hoy me puse a ver una foto tuya y mientras lo hacia me vinieron recuerdos, la verdad que la vida es por momentos ingrata, porque hoy te veo tan bien por fuera pero sé que por dentro no lo estas, que se te confunden los tiempos y que por momentos te das cuenta. En mi egoísmo no te visito porque me resisto a verte mal a escucharte hablar solo por los rincones o a mantener conversaciones ajenas a las que se llevan acabo, me duele mirarte en esa foto y recordar.
Recordar cuando me llevabas a cococho por las calles o me llevabas a la plaza, cuando te hacía algún berrinche, me traías chocolates los domingos cuando te íbamos a visitar o hacías un asado, las vacaciones en Capilla del Monte con el remisero que nos pasaba a buscar y me decía “pascual” y no te olvidabas de esos momentos siempre en algún momento lo recordabas, tu peronismo acérrimo te recuerdo diciendo “este turco de mierda”.
La vida nos golpea cuando menos lo esperamos y a vos te golpeo sacándote a mi abuela y pienso que debe de ser terrible, tantos años compartidos en este infierno terrenal, tan dependiente de ella y tanto amor, y te decían “dejate de joder nino, hay que seguir adelante” es fácil decirlo no hacerlo, te entiendo. Yo no sé decir las cosas nunca supe y me gustaría decirte que te quiero muchísimo, pero lo tendría que haber dicho tantas veces, y hoy tal vez no tenga sentido, pero quiero que lo sepas, te voy a perder por que es el ciclo de vida y me voy a lamentar como ya lo hago de no decirte las cosas.
Extraño esas charlas de fútbol con tu bosterismo a pleno, o escucharte contar cosas de antaño, y me dicen a veces que tengo tu carácter cuando me pongo cascarrabias y nunca lo refute, de hecho estoy contento, porque me gusta tener algo de vos. Entre chistes con las cosas que haces por la enfermedad oculto mi dolor, sé que la ficha va a caer y no hay vuelta atrás, entre lagrimas se me dibuja una sonrisa al recordar estas cosas que vivimos juntos, los veranos y los inviernos que pasaba en tu casa, sigo pensando en la estupidez mia de no ir a verte para recordarte como sos para mi y no como estas ahora, que tonto es el ser humano o que tonto soy yo, y como duele, la puta che, como duele todo esto, estoy sensible por la vida en general, vos siempre preguntando por mí por si estoy bien con el laburo y yo acá escribiendo lo que no me sale por la boca, que difícil que es todo, como me gustaría volver a esa época en que me decías vamos a patear un rato al fondo. Ahora me gustaría también poder decirte nono quedate tranqui que mañana a la mañana vamos a patear un rato.
Gastón Pigliapochi
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