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jueves, 21 de octubre de 2010

La Venganza (cuento)

Aranguren, toma asiento en el escritorio y comienza a enredar ideas en su telaraña de tinta y papel.

Era un día soleado de primavera, era un día de rutina en la vida de… -tacha y vuelve a escribir -, El día era uno más de entre tantos en la tierra, pero para…, nuevamente se detiene, algo le falta, algo no puede escribir, busca en su cabeza, no encuentra personajes para la historia que intenta desarrollar. Vuelve a empezar, una vez, otra más y otra, cambia de rumbo. La muchacha pelirroja, busca en su bolso algo para escribir, anota un número telefónico y se lo entrega a su compañero de viaje, Tome mi nombre es…; una vez mas la ausencia de nombre no le permite seguir tomando nota, se angustia, enciende un cigarrillo y se sirve coñac, camina por el cuarto dándose pequeños golpes en la cabeza, pero es en vano, no se le ocurre nombre alguno ni descripción válida para participantes de la historia.

Se sienta en el piso apoyando su espalda en la pared que es sostenida por un cuadro de Dalí, acerca sus rodillas al pecho y hunde su cara entre ambas, se frota la nuca y revuelve su pelo; siente pasos ajenos, al levantar la cabeza ve frente a él a “Isabel” (la pelirroja) y al “Poeta”, quien le susurra algo al oído de ella. Aranguren se frota los ojos con los nudillos y se dice por lo bajo, No es posible, estoy soñando, debo despertar, entra en la habitación “El Ciego” y el resto de sus personajes. El Poeta se le acerca y le dice, Hasta aquí llegamos, no seguiremos siendo tus marionetas.

Alberto se levanta del suelo de un salto y aleja al Poeta con una mano, Ustedes no existen, más que en mi imaginación, no tienen voluntad, sacudió la cabeza de forma brusca, ¿Por qué del temor, entonces?, sostuvo El Poeta, con una sonrisa irónica de la que hacía cómplice al resto, quienes mientras tanto revisaban cuanto encontraban en el cuarto. El Poeta se sienta ante la máquina de escribir y comienza a teclear.

El día esta claro, no hay nube alguna, las mariposas revoloteaban por sobre los pensamientos que alfombran el parque; en la inmensidad de sus soledad el hombre saca punta a su lápiz y se dispone a escribir, es el escritor Aranguren, un ser mezquino y egoísta. Una mariposa de alas amarillas se le posa sobre el lápiz y cae muerta.

Aranguren no entiende lo que pasa, de pronto se encuentra distraído en el parque y siente un gran enojo hacia la vida, no sabe que escribir, la muerte del insecto lo reconforta, sabiéndose así su destino, su liberación. Se levanta y corre al kiosco a comprar cigarrillos.

Isabel le susurra al Poeta, Una mujer, un amor que lo haga sufrir como nosotros sufrimos a menudo en sus historias.

La quiosquera le da un atado de Gitanes importados y le guiña el ojo, el escritor toma el paquete, ella roza con sus dedos la palma de Alberto, este se sonroja y no tiene palabras. La mujer le dice que ya termina su turno y lo invita a beber algo, él no se rehúsa y la espera en el banco frente al local.

Nada como una historia de amor dice El Poeta, el resto asientan con la cabeza, pero el amor es tormenta.

Van al bar que se encuentra frente a la estación, se cuentan sus vidas, se olvida de la mariposa muerta y se enamora de la vida que odia, la contradicción lo abarca por completo, lo arrima a un precipicio de incalculable altura, se despiden con un compromiso a otro encuentro.

El Jorobado se arrima al Poeta y le dice, No es justo que sea tan bello, a nosotros siempre trato de tirarnos a menos, Es cierto, dice El Poeta.

Se levanta como cada mañana, se pone sus guantes para esconder sus deformes dedos, producto del reuma, afuera hace treinta y ocho grados, pero prefiere transpirar a mostrar sus manos, ya le es casi imposible escribir y tiene algunas ideas para un cuento; se acuerda de la cita y sale apurado al encuentro de la joven.

El bar estaba vacío, si a algo le temía Alberto era a esa soledad de mesas y sillas, al entrar la muchacha el escritor miro su reloj y levantó los ojos inquisidores quemando en su hoguera a la pobre niña que denotaba cierta angustia, Cronos siempre gran enemigo del amor. Piden una ronda de cervezas frías, no aguanta y le pregunta si no tiene calor con los guantes.

- ¿Usted que cree? – y le muestra las manos

Ella siente nauseas, lo aborrece. Él lo sabe y la odia por eso, como odia al resto de los mortales.

El Jorobado y El Rengo se ríen, disfrutan de la situación, Isabel siente un poco de pena, El Poeta le dice,No es tiempo para arrepentirse, No no me arrepiento, pero….

Luego de varias rondas de bebidas, con cada vez mas alcohol, y de charlas que no vienen al caso, pero que mas enamoraban a Aranguren, se despidieron con un gesto, simplemente un gesto, sabía que no la volvería a ver y que tampoco se olvidaría de ella.

Vuelve por el parque, el sol, los pensamientos, el lápiz, la mariposa, la necesidad de cigarrillos, el kiosco… El escritor duda, mira por sobre sus hombros y a su alrededor, de pronto recuerda que él no sufría de reuma y que él no es un misógino,Ya entendí que pasa, Si ellos salieron, esta es su venganza, pero puedo cambiarles el juego, se quita los guantes y corre por la avenida.

El Poeta mira a Isabel y le dice, Se dio cuenta, Hay que usar métodos más drásticos.

Mientras corre siente un impedimento en la pierna izquierda, ya no puede correr, más bien cojea a prisa, transpira y grita, Esto es un engaño, yo soy el autor.

El Jorobado le va leyendo al ciego lo que sucede, se vuelven a divertir esta vez a carcajadas.

La calle queda vacía y el escritor sigue arrastrando su extremidad, Isabel entra al juego, va al cruce de Alberto en la esquina del parque, la ve, la toma bruscamente del brazo y la increpa, Por qué me hacen esto, yo les di vida, Y tormentos, agrega la pelirroja exuberante.

-Mejor que deje de gritar, sufrirá peor todavía.

-¿Se puede sufrir más? – le dice consternado.

-Siempre se puede sufrir más…siempre. Deje que las cosas sucedan, no haga esto más difícil.

La mujer lo deja sólo y desaparece a través de las sombras. Aranguren no acepta lo que está viviendo, cómo llego al parque nuevamente, este es el centro de todo o de nada, no lo sabe, no lo entiende y vuelve a su histeria. Nuevamente los pastos se pueblan de gente, personas con rostros desconocidos y algunos casos con la cara de la quiosquera, siente enloquecer, para a estos extraños y les dice que él no pertenece a ese lugar, que él es que debe ser creado y no creado.

Habría que quitarle la voz, dice con señas El Mudo.

De pronto Alberto no pudo gritar más, hizo un movimiento con la cabeza como diciendo “es increíble”, recordó el lápiz, lo empleo (con mucho dolor en las manos), escribiendo en los bancos blancos “Soy El Autor, Soy El Creador De Este Mundo, Esta Es Mi Mente”.

Apaguémosle la luz, dice El Ciego y así fue como el escritor no pudo ver más nada y un bastón lleva en su mano izquierda.

Desconsolado, sucio y cansado, se sienta en el suelo verde, se toma la cara y llora, los transeúntes pasan y le arrojan monedas y exclaman “pobre hombre”, piensa, No entienden nada, nadie entiende nada.

Le viene a la cabeza Isabel, la calle y la esquina, Si tuvieron que hacer aparecer al parque es porque aquí está la entrada y salida de esto. Se levanta de golpe y despliega el bastón, camina dando golpes al suelo, bordea el perímetro del parque, buscando el cantero que tiene grabado en la memoria de la esquina, llega, siente alivio, repasa para que lado camino Isabel, casi por casualidad encuentra el rumbo, se pierde en las sombras, ahora… es libre, no recuerdo el nombre del personaje, no entiendo que pasa, alguien me toca el hombro y una voz conocida, una voz que yo forjé en mi mente me dice, Tenemos que hablar seriamente, hasta aquí es mi texto todo lo que venga después no lo crean, que no lo engañen, yo soy el autor de la obra…

FIN
Gastón Pigliapochi
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8 comentarios:

  1. Ufffff! Bueno, me gustó , qué más decir? todos los que esribimos cuentos alguna vez pensamos en esto. Yo tengo un cuento con una temática parecida, pero abordado completamente diferente, el tema es que me da no se qué subir mis cuentos al blog. Viste la peli? Hay una que el personaje va a hablar con la novelista... no me acuerdo el nombre... nada, me hizo acordar. En fin, muy bueno, claramente.

    Siga escribiendo así que va genial!
    Sds

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  2. Gi: Gracias por tu lectura y comentario. No sé que película me decís. Yo ví un corto que al tipo lo atacaban sus personajes.

    saludos totales.

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  3. La película que comenta Gi, si no me equivoco es "Más extraño que la ficción" con Will Ferrell y Emma Thompson como protagonistas. La idea estaba buena, pero a mi la peli me pareció bastante mala y aburrida. De hecho no la termine de ver (ayudo mucho que además a Will Ferrell no lo banco).

    Muy bueno el cuento, y que tus personajes cobren vida y que se incluyan en diferentes historias, con una identidad propia, con sus características particulares es señal que estás construyendo tu propio mundo literario. Capaz son pavadas, pero me hizo acordar a Saer.

    Saludos...

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  4. Diego: gracias por el ayuda memoria respecto a la película, no la he visto. Con respecto a lo otro, no es una pavada, la verdad es que todo el tiempo quien escribe crea su mundo literario, y a Saer no le llegué a cazar la onda nunca, es decir me aburre un poco, Juli por ejemplo lo detesta jajaja.

    Abrazos totales amigo y siempre agradezco tus puntos de vistas.

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  5. Muy bueno Amiguito, me gustó mucho.

    Esa magia que deberían generar los cuentos, las historias, vista desde la mirada y vivencia casi al borde de la esquizofrenia del propio autor, me encantó.

    Me llevo la sensación de un texto muy pensado y cuidado...y con un resultado más que bueno.

    Cada día me cae mejor este Aranguren...

    Mil disculpas por la demora, pero el negro de fondo para mis ojitos en estos días no me ayuda... (Igual lo pasé a word y pude leer mejor)

    Un abrazotee

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  6. Sil: Amiguita muchas gracias por pasar y sé de sus problemas visuales, espero se haya mejorado ya. Y gracias por tus palabras siempre alentadoras para escribir Aranguren es un tipo raro, a veces querible a veces odiable.

    Le mando un fuerte abrazo.

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  7. Opa. Muy bueno de verdad, eh.

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  8. Srta G: me alegra que le haya gustado, yo tuve momentos en que no me gustó el final, pero luego me decidí a no tocarlo más.

    Abrazos totales.

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