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sábado, 23 de febrero de 2008

Vértigo

Gente, hago un parate al cuento, ya que no me convence como quedó terminado, pongo un texto que escribí mientras estuve de vacaciones en Capilla Del Monte (Cordoba), cuando subimos al dique Los Alazanes que se encuentra a 1400 metros, podría decir que tambien es parte de un texto dedicado a una personita muy especial que estoy conociendo.
Besos y abrazos totales a cada uno de ustedes y ahora que estoy nuevamente en la ciudad oscura , me pondré al día con el blog y algunas cosas que tengo que terminar y publicar.

16-02-2008

Estas letras, amontonadas en un papel, no intentan ser un diario de viaje; nunca tuve la constancia para un método de escritura, simplemente la idea o plan (si es que lo hay) será dejarse llevar.
Veo en la ruta flechas que titilan, amarillas, indicando que la calzada se reduce, como se acostumbran los ojos a ver en la oscuridad, así como el alma se acostumbra a la soledad.

A mil cuatrocientos metros me asomo al precipicio, siento el vértigo y pienso en este instante en que el tiempo se detiene, los árboles dejan de mover sus copas y las sombras son pinturas en la tierra, que el vértigo no es por la altura, la sensación es la misma al mirar hacia abajo que hacia arriba; no, el vértigo es, producido por la inmensidad, al sentirme tan pequeño ante este lugar, no somos más que un puntito que mira con su ojo algún Dios, tal vez, hasta es probable que no seamos visibles.

Ahora que analizo las líneas anteriores a esta, siento que ese mismo vértigo sentimos (o por lo menos yo siento por estos días) con el amor y como no sentirlo ante semejante inmensidad, como no sentir esa rareza en la panza, ese cosquilleo, ese mareo que nos da mirar para abajo o para arriba; por esto creo que el vértigo no es algo malo, sino algo que nos dice que pequeño es todo ante las cosas tan grandes, y así como al ver estos cerros, estos campos verdes, estos arroyos, aquellas nubes que generan formas, me siento en una roca, me enciendo un cigarrillo, aspiro el humo, exhalo el humo y siento la cosquilla en mi panza, todo este lugar transmite amor, y hace que piense en ese amor que uno va sintiendo día a día cuando conoce a alguien que le genera vértigo.

6 comentarios:

  1. Que bueno leer estas cosas, producen envidia; aunque pensandolo bien la sensación de ese contagio... ojalá me pasara. Anhelo que me pase.

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  2. Holis!! que lindo texto!! y que bueno cuando ese vèrtigo no nos paraliza, sino que nos invita a perdernos en esa inmensidad, haciendo que el alma no se acostumbre ni a la soledad, ni a la oscuridad.

    Quizas seamos un puntito entre tanta grandeza, hasta casi no visibles, sin embargo, para alguien somos la visibilidad de esa inmensidad.

    Como siempre, IMPECABLE!!

    Abrazote!!

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  3. Metafísicamente te beso con vértigo...

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  4. Anónimo7:18 p.m.

    hermoso texto... el vertigo es algo extraño... porque uno lo siente cuando lo piensa (nose si me explico), solo cuando uno analiza lo alto que esta, lo mucho que se puede lastimar al caer, cuanto puede doler... pero si te dejas llevar, no se siente, hasta que nuevamente aparece la conciencia haciendonos notar lo lejos que estamos del suelo...
    lo mismo pasa con el amor, no?
    Sabes que te deseo lo mejor... hace un lado un ratito a la conciencia! Besos...

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  5. Anónimo10:22 p.m.

    qué extraño leerte sobre escribiendo sobre el vértido del amor... pero qué lindo! pero vos sabés que ya sentir esto, aunque tenga en el borde del abismo, significa mucho

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  6. hola guantes!!!!!!que buena defición frente a esa incertidumbre, charly en una de sus canciones decia q el amor era como estar entre aeropuertos, mas o menos así,y me pareció precisa la imagen xq es ese despegue y ese viaje, algunos mas cortos y otros mas largos y ese aterrizaje,y el despegue nuevamente.
    besos!!! y me alegro por vos está bueno,
    saludos,
    ale.

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