Antonio Constantini, nacido en Italia y
criado en Boedo, era un actor singular, solo se dedicaba al teatro, porque no
creía en la cuasi perfección del cine: los errores en una obra eran parte de ella.
Todo el que había visto una obra en la que él actuaba decía que su papel era el
mejor, que su interpretación era magnánima; esto le valió muchos premios e
incontables entrevistas, todavía quedan algunas fotografías en las que se lo ve
actuando.
Estudió
teatro desde chico, pero el problema era que no le convencía ningún método
conocido, así que tomó el camino autodidacta, actuaba con amigos, se presentaba
ante cualquier compañía que empezaba a gestarse; mezcló todos sus
conocimientos y de todo eso creó un método personal. Con el paso del tiempo
comenzó a experimentar más, hasta llegar a hacer más creíbles sus
interpretaciones. Esto era simple: todo lo que pasara en el escenario debería
ser real. Así fue como en una puesta de Frankenstein, interpretó el papel del
doctor y pidió un cadáver a la morgue local, para realizar las operaciones; la gente aplaudió
de pie y comentó lo perfecto de la sangre. En otra oportunidad, su personaje
era un alcohólico abandonado que rompía un espejo con su puño, solicitó que el
whisky no fuera té, por lo que en mitad
de la obra su actuación era realmente tremenda, la gente estaba en éxtasis, los
vómitos en el piso mezclados con la sangre de sus nudillos daban como resultado unos olores desagradables,
pero el público siempre pedía más. La última interpretación de un papel
principal que se le conoce fue en una obra sobre la vida de Sócrates de Atenas.
Se dejó crecer la barba y afeito su frente, a semejanza de una escultura del
filósofo. La obra concentraba todo lo que los discípulos escribieron y dejaron
ver acerca de su maestro, hasta el día de su juzgamiento y el acatamiento de este
a la pena de muerte por envenenamiento por cicuta, la cual fue pedida
específicamente por Antonio. Él sabía que también sería su despedida de las
tablas, a los setenta y siete años de edad. Bebió del cuenco, que contenía una
alta dosis de la planta y al cabo de treinta minutos, mientras decía unas palabras
al público desde su prisión y comentaba lo de «no dejar obra escrita, sino que
cada uno debe desarrollar la suya», se inclinó de rodillas, miró hacia el cielo
y comenzó a convulsionar, se retorció, mientras una saliva oscura salía de su boca. Cayó el
telón, y el público presente se puso de pie y comenzó a ovacionar, a gritar, a
aplaudir, pero el telón nunca más se abrió.
Todos esperaban que los actores saludaran –ya lo había hecho antes en un obra en la que le disparaban y en la que él apareció con la herida sangrante–, pero esta vez no ocurrió. Nadie más lo vio. Hay quienes creen que todo esto que se cuenta es falso y que era un actor más, que su retiro fue un truco muy bueno para crear un mito. Lo cierto es que Antonio Constantini hubo uno solo y nunca enseñó su arte, porque, al igual que Sócrates, creía en que cada uno desarrolle el suyo.
Todos esperaban que los actores saludaran –ya lo había hecho antes en un obra en la que le disparaban y en la que él apareció con la herida sangrante–, pero esta vez no ocurrió. Nadie más lo vio. Hay quienes creen que todo esto que se cuenta es falso y que era un actor más, que su retiro fue un truco muy bueno para crear un mito. Lo cierto es que Antonio Constantini hubo uno solo y nunca enseñó su arte, porque, al igual que Sócrates, creía en que cada uno desarrolle el suyo.
Gastón Pigliapochi
Copyright © - Derechos Reservados. ®
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un actor hasta la muerte!!
ResponderBorrarsaludos
Asi es. Gracias por pasar y comentar.
Borrarun actor hasta la muerte!!
ResponderBorrarsaludos
Hasta el final.
BorrarComo Antonio Constantini, creo que todos deberíamos tener nuestro método personal y de experimentación para desarrollarnos y sentirnos contentos con nuestro modo de vivir. Hacer las cosas a nuestra manera sin importarnos el aplauso del público. No hay fórmulas estandarizadas, cada uno construye la propia. Hermoso texto.
ResponderBorrarBesos enormes
Yo creo lo mismo que Constantini y vos. Gracias por lo de hermoso texto y siempre leerme.
Borrarbesos totales.
La vida es treatro, o viceversa...
ResponderBorrarCreo que no lo pudo ni contestar Constantini eso.
BorrarAbrazos totales compañero y gracias por pasar y comentar.
Muy original y atrapante!!!
ResponderBorrarMe lo leí comiendo un chocolate Block y de tanto suspenso me lo tragué casi sin darme cuenta!!!
Saludos!!!
Alma, muchas gracias por pasar y comentar, me alegra que te haya gustado.
Borrarabrazos totales.
Qué placer leer tan bella prosa!
ResponderBorrarEnhorabuena y siempre adelante con la literatura. Verdadero relato corto pero sabio e intenso el tuyo!
Te tomo la palabra en mi blog, compañero.
Saludos.
Amiguito, que lindo re-encontrarte en estas letras...
ResponderBorrarY quizás se trate de eso la vida, de actuar y ser uno mismo...de ser un poco uno, otro poco "aplausos", algún que otro método y otro tanto algo de "mito"...y sobretodo, aventurarse a aprender y hacer lo que uno va sabiendo...
Me encantó.
Como siempre, un gusto leerlo.
Besos.
Más que actuar vivía literalmente las obras, se me ocurren muchas, por cierto, desde dramáticas a eróticas, él sí que sabría representarlas muy bien.
ResponderBorrarMe gustó la idea y está bien desarrollada.
Un abrazo.
HD
Un relato tan vívido como la propia historia, me ha gustado mucho venir hasta aquí y descubriros ( a ambos ;))
ResponderBorrarUn abrazo fuerte,
A.
Muchas gracias por hacerte seguidor de mi blog, en cuanto pueda te uniré a mi pestaña de seguidores junto con tu blog. Un besazo.
ResponderBorrarYa me uní como seguidora, ayer no me dejaba, disculpa la tardanza. Un besazo.
ResponderBorrarMe parece una hermosa metáfora de cómo muchos se toman el arte, sea correcta o incorrectamente, no importa, pero ponen el cuerpo y el alma, literalmente.
ResponderBorrarEs bueno que estés de nuevo por acá.
Un abrazo.
HD
que significa ACTOR SINGULAR??, la verdad,no entiendo...han hablado de actores de raza, que son?...no se, de culto,-se menos-serios-muchísimo menos-en fin, actores son aquellos que juegan un rol, lo mejor posible, lo mas distanciados-en el personaje obvio-de si mismos...y esten relajados, concentrados comunicados, el resto, solo se trata de "jugar"...
ResponderBorrarun saludo fraterno,gracias por llegarte a mi blog!
lidia
muy buen blog. Con tu permiso te sigo y me quedo un rato por aquí
ResponderBorrarsaludos
Carlos
Gracias por seguir..
ResponderBorrarUn abrazo...
ResponderBorrar¿Y qué máscara usar ante el desamor?
Me ha gustado leerlo, tienes cosas muy interesantes en tu blog.
ResponderBorrarUn beso.