Es un día como cualquier otro para mí –piensa Aranguren-, sin embargo algo diferente hay, se siente en el aire, en las pelusas que sueltan los plátanos (cierto tipo de árbol que puebla la ciudad), también se denota la presencia de muchos adolescentes en las calles y parques, No cabe duda – vuelve a pensar el poeta – es la primavera.
Como en casi todos los años amaneció nublado y fresco, pero el sol con su gran voluntad se asoma cada tanto, trepa con sus manitos a las nubes, No en todas partes es primavera y no me refiero a la ubicación con respecto al Ecuador, no, en esta misma zona, este día se vive de diferentes maneras; un grupo de pequeños niños o de niños pequeños, asaltan una farmacia, dos niñas con apenas doce años intentan robar un kiosco, para estos nenes no hay primavera y nunca la hubo, quien se atreve a juzgarlos, es el mismo que se las robó.
Aranguren se toma la cabeza con una mano, afuera los otros festejan, tomando vino barato de cartón y fumando calidoscopios de papel, algunos aprovechan la ocasión para vender flores y veneno, los enamorados tienen la excusa de las hormonas para los engaños.
El Dios juega a los naipes, ¿qué carta te toco? – se pregunta sin respuestas- ¿qué primavera es mejor?, la de los parques con descontrol o la de los pibes con paquitos que ya no sienten dolor. Señores, ya nadie sabe que festeja, cual es el motivo, simplemente es un día no lectivo más.
Aranguren está sentado y la brisa le mueve los pelos bajo la boina y se sentencia, Yo llevo la primavera en mí, llevo los recuerdos de la gaseosa, el sándwich de pan lactal y los mates con bizcochos, el picado con los muchachos; llevo tu recuerdo entre sonrisas y caídas al tratar de aprender a andar en bicicleta y darle chocolates y fiambre a los patos del lago. Hoy ya no soy un estudiante y han pasado varios 21 de septiembres, tantos que ya no tengo memoria, Hoy ya no tengo el día libre para visitar Palermo o Centenario, tal vez por eso, para mí es un día más y no pueda separar la realidad que rodea todo y todo afea y los culpables siguen sin aparecer.
Aranguren cierra el cuaderno, el sabio y el filósofo lo miran y no dicen nada, no hay nada que decir.
Gastón Pigliapochi
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querido guantes
ResponderBorrargracias por pasar por mi blog. Demas esta decir q estas siempre invitado.
tal vez seamos vecinos? veo q nombras a aranguren y pque centernario
SALUTES
hola
ResponderBorrargracias x pasar x mi blog
la primavera es una mierda.trae alergia y puros estornudos, ademas d traer muchos insectos que han estado pululando en sus capullos y que salen a molestar y aparearse nuevamente.
en fin
he dicho
un beso grande.
gracias por la visita por mi blog tb!
ResponderBorrary VIVA LA PRIMAVERA!
muy bonito todo
Queda Ud. autorizado a poner mi blog donde realmnete le parezca interesante.
ResponderBorrarSALUTES
Muy bueno tu cuento/ reflexión, me gustó mucho.
ResponderBorrargracias!! yo tambien te pongo en mis blogs amigos!! cuando quieras agregame a tu msn.
ResponderBorrarun beso
marina
:)
ResponderBorrardejen de hablarse de "usted"
tampoco digan "peli"
soy tirana y represora
pero bailo shakira conmigo mi vida quiero vivir la vida lalalalla
chau
No comparto mucho esta vez tu opinión sobre la primavera. Para mí no hay que olvidarse de cuando uno salía a festejarla...la emoción de preparar el picnic y llevar pelota para jugar al voley.
ResponderBorrarLo que es cierto es que hay muchos jóvenes que no festejan pero porque perdieron la niñez o la adolescencia. O se la robaron. O nunca la conocieron.
Después no se puede negar cómo cambia el aire...cómo dan ganas de enamorarse bajo el sol o la sombra de algún árbol... Hay otros ánimos a pesar de que la alergia me ataca a full en esta época, je!
Besossss y abrazossss
Francisco Leonardo pasó su primavera juntando votos por la Ley de Bosques en La Florida.. Que mejor que festejar la llegada de la naturaleza pidiendo por ella... no?
ResponderBorrarFrancisco Leonardo
En fin....
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