Su cuaderno estaba repleto de tachaduras y de palabras sobre-escritas. Interrumpía las letras para realizar dibujos en los márgenes (inventados), los pintaba con marcadores de colores.
Armaba un mundo mucho más lindo que el que había afuera, en donde el arte era el motor, que en realidad era todo lo que ella era, ella es puro arte, es el arte.
Gastón Pigliapochi
Te sigo leyendo
ResponderBorrarte siento en soledad
del pucho diario
en tu vivir de ciudad
Muchas gracias. Y quédese leyendo, las puertas están abiertas.
Borrarbesos totales.
Ésto es arte. Abrazo
ResponderBorrarGracias Pablo, abrazos.
BorrarEl mundo no es mundo sin arte. Pero, en cambio, el arte puede ser arte sin mundo. ¿Raro no?
ResponderBorrarSaludos
J.
un placer leerte y haberte encontrado compatriota!!!
ResponderBorrar♥
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