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viernes, 15 de abril de 2011

Oscuridad

Luego de una siesta primaveral, de la que un hilo de baba lo despertó, Juan se restregó los ojos y los abrió: todo estaba a oscuras, no había ni un pequeño haz de luz, se dirigió al interruptor lo apretó y nada. Tampoco había ruido alguno, apresurado y torpemente fue hacia el living en busca del telefono, cuando intentó llamar no había tono. En ese momento pensó en salir a la puerta pero no encontró las llaves manoteó el picaporte por si no había cerrado, y nada.
Tanteando el aire encontró la mesa, tanteando esta en los bordes llegó hasta una silla, se sentó y se puso a reflexionar, todo seguía en la calma absoluta. Supuso que las casualidades no existían y pensó lo peor que podía pensar; estaba muerto.
Muchas veces había pensado y escrito sobre el infierno, tiene dos ideas acerca del mismo. La primera apunta a un lugar lleno de gritos inhumanos, de hombres chillando como cerdos, ante las peores torturas y humillaciones, un infierno regenteado por un ser indescriptiblemente monstruoso, un lugar en el que hombres y mujeres sufren de los mismos dolores y donde estos son por la eternidad, no hay placer alguno posible. La otra idea es completamente inversa: un lugar que lo maneja un tipo lo más humano posible, delgado, bien vestido, de pelo corto y barba cuidada. Aquí no hay sufrimientos, sino que los placeres que más disfrutaron o quisieron disfrutar en vida los hombres y mujeres se hacen repetidos y eternos, haciendo que ya no sean placeres sino que sufrimientos, aquel que disfrutaba de orgías, se encuentra en una orgía interminable y solo desea que termine, cada infierno en este es particular.
Lejos de estas ideas, Juan desesperado busca un marcador que sabe estaba en la mesa, lo encuentra y comienza a escribir sobre la tabla, escribe lo que cree que es el infierno en ese momento. No hay dolor, ni sufrimiento, no hay placer eterno, no hay mandinga ni nada. Es solo él en esa oscuridad, solo. No hay peor infierno inimaginable que este, hablar con nadie, no ser escuchado por nadie, la soledad como única compañía y en lo cotidiano. En un lugar tan conocido y a la vez tan extraño, entre las sombras; sin poder ver nada, una ceguera en la nada, sin nadie y con completa consciencia. Sentado se tomó la cabeza y una lágrima recorrió su mejilla, y se reclinó.pasaron horas, tal vez días.
Su cabeza apoyada sobre la mesa y un brazo colgando, de esta manera lo encontró su hija, que al no poder comunicarse había llegado a ver si le pasaba algo y a preguntarle como sufrió la semana de corte de luz. La mujer se toma la boca y tapa sus ojos al ver la imagen, el cuerpo, la mesa escrita, el tubo del teléfono colgando y las llaves en el piso.



Gastón Pigliapochi
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15 comentarios:

  1. Anónimo1:11 a.m.

    ·Geo·ligne· dijo...
    uy.

    12:50 AM

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Estar latiendo dijo...
    Duro y excelente a la vez.
    te amo y felicito:

    J

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  4. Quizás supo más de infiernos que de vida...

    Y quizás, la oscuridad, la "sola" soledad, sean los miedos más fuertes cuando de muerte se trata...

    Un relato tan duro como el juego entre la vida y la muerte.

    Abrazote.

    9:16 PM

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  5. Farolito: Ese uy representa la dureza del relato. Gracias por pasar.

    Ju(amor): Gracias por lo de excelente y la felicitación amor. Es duro el relato, pero es una mirada sobre la vida o mejor dicho la muerte.

    Nina: Gracias por pasar leer y comentar, me alegra que te haya parecido muy bueno.

    Sil: Amiguita, siempre con observaciones más profundas. La soledad gran compañera de la muerte.


    saludos y abrazos totales

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  6. No puede haber peor infierno que la soledad absoluta.

    No puede.

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  7. Hugo: Gracias por pasar, sin dudas no hay peor infierno.

    abrazos totales.

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  8. Excelentes descripciones del infierno... un beso y gracias por volver

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  9. Lolix: Gracias por lo de excelentes y gracias a ud por volver a estos pagos.

    abrazos totales.

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  10. Llegue de casualidad y sin esperar gran cosa, pero después de lo que acabo de leer, definitivamente te sigo. Muy bueno, realmente.
    Nos vemos en el camino.
    Tchau

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  11. Vicko: bienvenida/o, gracias por pasar y comentar, que bueno que el camino te haya traído por estos pagos y te hayan gustado.

    saludos totales.

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  12. lo pero del infierno es que sea solitario y rutinario, combinacion feas si las hay

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  13. Nela: es un infierno terrible, la repetición monótona lo hace casi vida diaria más que infierno jajaja.

    saludos totales.

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