corren al choque
se gritan en indefinidas
e inteligibles palabras
abren sus bocas
y clavan en lo profundo
sus lenguas
luchan
caen las ropas
en jirones camuflados
en la tierra
una cronista penetra
sus manos en los profundos
de las entrepiernas
civiles se revuelcan en
el barro
nudo de personas
un capitán fiel a su formación
se masturba junto a un vaso
whisky y soledad
los Dioses en harapos observan
la insurrección de las almas.
Gastón Pigliapochi